Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Criaturas

Caballero templario rojo

Al principio solo recelaba. Algunos de mis hermanos y hermanas actuaban de forma extraña y pasaban el tiempo en compañía de aquellos a los que, hacía tan solo unos días, ni siquiera habían dedicado una mirada. Si entraba en u na sala, estaban juntos hablando entre susurros y, al verme, todas las conversaciones se interrumpían. Sintiendo que se molestaba, me retiraba y me preguntaba por qué no me incluían en el grupo. ¿Había desavenencias entre los templarios? ¿Hablaban de rebelarse contra los Buscadores de la Verdad? Como no entendía nada, opté por mantener la calma. Entonces vi los frascos de lirio que ser Randall guardaba entre su equipo. Fue accidental, pues estaban envueltos en un paño oscuro y se apresuró a esconderlos en cuanto entré en sus aposentos. Sin embargo, los vi. Eran rojos, no azules. Una vez más, me mordí la lengua.

Ahora desearía no haberlo hecho. El número de compañeros templarios que guardan silencio en cuanto entro en una sala va en aumento. Nadie dice nada de seguir persiguiendo a los magos rebeldes. De hecho, apenas se dice nada. Veo los frascos rojos que llevan en sus cuellos, pues ahora ya no los esconden. Son más fuertes que el resto de nosotros y de pronto parece que el lirio azul sea una rareza. “Escasez”, me dicen. Esta mañana vi a ser Randall y tenía los ojos rojos. Por primera vez me pregunto si debería abandonar mi puesto y escapar de la orden para siempre.

--Del diario de ser Caitlin de la Orden de los templarios, 9:41 del Dragón