Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Cartas y notas

Diario de un guarda gris

 

 

Diario de un guarda gris

 

Examinamos el área, pero no encontramos ninguna señal. Si estuvo aquí, fue hace mucho tiempo.

 

Los pescadores de esta zona son amables. A diferencia de otros, recuerdan cómo lucharon los guardas grises por salvar Ferelden en la última Ruina. Aunque apenas tenían nada, compartieron parte de sus capturas y nos ofrecieron la mejor cena que habíamos comido en semanas. Incluso me mostraron deferencia cuando vieron que daba órdenes a los demás guardas, a pesar de que a la mayoría de los ciudadanos de Ferelden les sorprendería ver a un elfo al mando de un grupo de humanos.

 

Son personas amables. Después de todo lo que ha sufrido esta tierra en los últimos años, espero que puedan encontrar cierta paz. No hay ni rastro de él, pero siento a los engendros tenebrosos debajo de mí. ¿Acaso los está acechando, deseoso de morir con honor? Lo dudo, pero es la única pista que tenemos de momento Confieso que a veces todo esto parece una empresa inútil, sobre todo si tenemos en cuenta lo mucho que hay en juego.

 

Unos bandidos hostigaron a los pescadores y decidimos intervenir. Los pescadores nos lo agradecieron, pero me da miedo que los bandidos regresen en mayor número, pues no siempre estaremos aquí para ayudar. Sin embargo, mientras permanezcamos en este lugar, los pescadores estarán a salvo.

 

Los sueños continúan, noche tras noche. Nos cuesta dormir, pero debemos persistir. Espero que, para cuando volvamos, los demás hayan encontrado una solución. Mientras tanto, canto la canción de Andruil para mí mismo, en un intento de despejar la mente.

 

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Cada vez estoy más convencido de que si alguna vez estuvo ahí, hace ya tiempo que se fue. Sin embargo, no podemos perderlo ante la pereza, puesto que es uno de nuestros guerreros más hábiles. Si alguien pudiera esconderse en este lugar, ese alguien sería él.

 

Uno de los pescadores parece bueno con la lanza y tiene la espalda fuerte como un buey de lanzar las redes todo el día. Desea unirse a los guardas grises. En otras circunstancias, habría sido un honor aceptar a un voluntario digno, pero ahora no. No tengo órdenes de buscar nuevos reclutas a pesar de las circunstancias. O debido a ellas, supongo. Es un joven atractivo que, obviamente, desea saber más cosas sobre los dalishanos.

 

Los engendros tenebrosos hace más ruido de lo que esperaba. Ese susurro constante en el fondo de mi mente hace que ahora me resulte más difícil que antes percibirlos; sin embargo, sé que están cerca de la superficie. Puede que los bandidos no sean el peor enemigo al que tengamos que enfrentarnos.

 

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No está aquí. Hemos examinado exhaustivamente la zona y ha llegado la hora de continuar. ¿Cuántos días he desperdiciado en esta misión demencial, con esos murmullos que atormentan el fondo de mi mente? Espero que tengamos más suerte cuando nos dirijamos hacia el Sur.

 

Tras consultarlo con los otros guardas, les hablé a los pescadores de los engendros tenebrosos que percibimos bajo tierra. No saldrán del suelo ni hoy ni mañana, pero me temo que lo harán pronto y, cuando llegue ese omento, nosotros ya no estaremos aquí. Al conocer la noticia, los pescadores decidieron dirigirse a las colinas occidentales, que de momento son seguras.

 

Respecto al pescador que estaba interesado en unirse a nosotros, logré convencerle de que este no era el momento apropiado. Puede que los demás le hayan dicho lo contrario, pero todavía es demasiado joven para hacer un sacrificio tan grande simplemente porque no desea pasar el resto de su vida lanzando redes al agua. Compartimos una última noche junto a la hoguera y partió con una sonrisa en la boca, canturreando la canción de Andruil.

 

--Páginas arrancadas de un diario, halladas en la Costa de la Tormenta

 

Localización:

Forma parte de la misión secundaria Guardas de la costa.