Guía Dragon Age: Inquisition
Códice - Cuentos e historias
Duro en Altaciudad: capítulo tres
De Varric Tethras
Por segunda vez en lo que estaba siendo una noche muy larga, Donnen Brennokovic y su socio, Jevlan, llamaban a la puerta de un noble. Todavía quedaban horas hasta el amanecer y los bordes del cielo empezaban a tornarse grisáceos. El acero de los guanteletes de Donnen resonó contra la puerta... una vez... dos veces... tres veces. No hubo respuesta. Suspiró, mirando a las oscuras ventanas de la mansión. Se estaba haciendo demasiado mayor para toda esta mierda.
“Quizás ha salido”, apuntó Jevlan. El recluta estaba nervioso. Llevaba una semana en la guardia y apenas podía moverse por Altaciudad, estaba demasiado verde para un caso de asesinato.
“Se está escondiendo. Mira arriba”, señaló Donnen. “Ha cerrado todas las ventanas. Llevamos meses sin tormentas”. Volvió a golpear la puerta, esta vez con más fuerza.
“Deberíamos llamar a la capitana”, probó Jevlan, mientras se retorcía para ajustarse sus pesadas hombreras metálicas. Donnen había olvidado lo mal que encajan las nuevas armaduras de los guardias. Empezaba a decirle al muchacho dónde ajustarla, cuando la puerta se abrió.
“¡Entrad, rápido!”
Un hombre se apresuró en el interior, cruzando la casa. Todas las habitaciones estaban a oscuras. La luz de la luna no se colaba por las ventanas cerradas y no había velas encendidas. Apenas contaban con la lámpara de su anfitrión para iluminar el camino. Se detuvo al llegar a una habitación interior sin ventanas, y cerró y tranco la puerta a sus espaldas.
“¿Conde de Favre?”, inquirió Donnen.
El hombre asintió. Bajo la tenue luz de la lámpara, Donnen podía ver que vestía un jubón bordado bastante llamativo, pero se había enfundado una cota de mallas por encima. Se había puesto el casco de una armadura ceremonial, que colgaba de su cabeza ligeramente inclinado.
“Sé por qué estáis aquí”, susurró el conde. “Dunwald”.
La voz de Donnen era plana. “¿Lo matasteis, señoría?”
“Esto es peor que un asesinato”, siseó el conde, con la mirada pendiente de la puerta. “Dunwald atrajo la atención de poderes peligrosos. Cuando los dragones combaten, guardias, los mortales solo pueden buscar cobertura. Abandonad el caso. No llaméis su atención”.
Sobre una mesa en el patio del castillo Caer Bronach en Bosque Cimera.