Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Cuentos e historias

Exhumar cuerpos a la luz de la luna

 

 

Exhumar cuerpos a la luz de la luna

 

Mi cargo como embajador en la corte nevarra comenzó, oportunamente, con una muerte. Al llegar me encontré que mi predecesor, que habría de ser mi mentor, Sifas Carrenter, había muerto durmiendo. No era inesperado, dada su edad. En lugar de una cremación, se llamó a los mortaliasi, esos magos de túnicas grises que parecen estar pro todas partes en el palacio.

 

Me habían advertido de los mortalitasi en Refugio Celeste. Algunos me alertaron de su capacidad política, aprendida a los pies del rey durante generaciones. Otros hablaban de los mortalitasi como si fuesen macabros cirujanos con delantales de cuero que exhumaban cuerpos a la luz de la luna en su Gran Necrópolis.

 

La mortalitasi que habló conmigo era una mujer amable y de pelo leonado que desprendía un intenso olor a jabón. Explicó que Carrenter se había ganado el honor de ser preservado y enterrado en la Necrópolis. Parece una práctica bárbara, pero sabía que exigir una cremación habría hecho que yo –y, lo que es más importante, Refugio Celeste-- quedara mal en Nevarra.

 

En lugar de eso, mis agradecimientos parecieron complacerle. Describió algunos de sus ritos. Aunque no deseaba hablar de los grandes misterios, el mero atisbo de sus artes me puso los pelos de punta. Pero guardé la compostura. Los mortalitasi están ligados al trono por la sangre. Si muero en mi puesto, como Carrenter, mi cuerpo quedará en sus manos. En una tierra donde la muerte y la política están entrelazadas, hay que ser cortés.

 

--Galen Vedas, embajador de Refugio Celeste en Nevarra, 9:6 del Dragón

 

Localización:

En Emprise du Lion, por la parte Noroeste del "Río de la Sangre de Elfo" (el congelado), tienes que subir por unas rocas a un pequeño campamento en el que está el diario.