Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Cuentos e historias

La leyenda de las tres hermanas (II)

 

 

La leyenda de las tres hermanas (II)

 

Normalmente, las tres hermanas reaccionan de manera similar al entrar en el Belle Marché. Sheryse es la aventurera y se ve intrigada por todo lo que ve y oye en el mercado, haciendo caso omiso de cualquier peligro. Marie es la descarada, la que desconfía más de todo lo que ve y la que hace comentarios sarcásticos, aunque deja que sus hermanas la arrastren. Por otro lado, Brielle siempre es la inocentona. Se la presenta con los ojos grandes y sorprendida, como una cierva perdida en el bosque, aunque al final del cuento suele ser la que más sale del cascarón.

 

Una parada inicial para las chicas, por ejemplo, es La rosa blanca. Es un famoso establecimiento del Belle Marché en el que durante el día se sirve té y galletas a los clientes nobles y por la noche se transforma en una casa de mala reputación llena de hombres y mujeres elegantes que se prostituyen. Las chicas van ahí porque está de moda y es un lugar donde pueden escapar de las multitudes del mercado. Dentro, Marie es la primera en darse cuenta de que los “atentos caballeros” no son lo que parecen. Brielle se escandaliza, pero es Sheryse quien se va corriendo a bailar con ellos pese a las protestas de sus hermanas. Esto lleva a una persecución por la rosa blanca, con Marie y Brielle cruzando una habitación tras otra, donde chocan con distintos clientes (se suele mencionar a la propia emperatriz Celene). Marie recrimina mordazmente a estos clientes, mientras que Brielle se muestra intrigada pese a lo que piensa y se ve atraída cuando Marie no la mira. Marie lo deja correr, indignada, y se pone a fumar una sustancia ilícita en un armatoste imposible con un enano. Es en este punto cuando la desesperada dama de compañía de las chicas, la Bête, aparece en La rosa blanca y las cosas se ponen interesantes de verdad.

 

Los detalles varían, pero al final de esta parte de la historia, La rosa blanca se encuentra en llamas, la Bête se ha abierto paso por una legión de clientes que no saben nada y, gracias a la ayuda de un elfo encantador, las tres hermanas salen por la puerta trasera, completamente ajenas al follón que dejan atrás. No obstante, por lo que yo sé, La rosa blanca nunca se ha incendiado y, además, tiene una horda de guardias que hace que resulten imposibles estas bufonadas. Aun así, hasta en el propio Val Royeaux mucha gente se empecina en creer que la historia es auténtica.

 

--De Cuentos de Val Royeaux, de lord Werner Jauquin

 

Localización:

En Fuerte Revasan (Llanuras Exaltadas).