Guía Dishonored 2

Saberes

Misión 2 - Confines del mundo

 

 

Acerca de la orden del oráculo, por Douglas Harwickle

 

Acerca de la orden del oráculo, por Douglas Harwickle

 

-Misión: Confines del mundo.

-Localización: En una de las estanterías del Puesto de los decanos.

 

Mucho se ha dicho sobre las hermanas ciegas de la orden del oráculo. Lo cierto es que sus ojos funcionan tan bien como los tuyos o los míos. Sin embargo, se esfuerzan por permanecer ciegas ante las distracciones y frivolidades. Si la necesidad las obliga, caminarán entre nosotros, llevando vendas profusamente coloridas o cubriéndose los ojos de algún otro modo. De esta manera, están “preparadas en todo momento para ver las cosas con claridad”.

 

Las decisiones se toman durante reuniones enclaustradas. Aunque no se permite a nadie observarlas, me han descrito el proceso, así que lo reproduzco aquí con su permiso.

 

“Se prepara una habitación cargada de incienso y con bendiciones de las censuras. Treinta hermanas de la orden del oráculo o más nos sentamos formando un círculo, hasta que la habitación está abarrotada. No atenderemos ningún tema, a menos que todas tengamos tiempo para investigarlo. Se discutirán varios resultados, y se encargará específicamente a algunas hermanas que presenten los escenarios menos populares o probables. No se permite permanecer en silencio. Todas las voces deben ser escuchadas. Llegar a tomar una decisión puede llevar tiempo, y para entonces todas estamos bien instruidas en las múltiples consecuencias y puede que tengamos consejos extensos para todas las contingencias. Cuando se escribe una opinión, puede ser tan breve como una oración o extenderse veinte páginas. Y aun así, una última hermana debe aprobarla: el mismísimo Gran oráculo”.

 

Canciones tradicionales de Serkonos [1]

 

Canciones tradicionales de Serkonos [1]

 

-Misión: Confines del mundo.

-Localización: Sobre una de las mesas en el edificio de las moscas, justo debajo de uno de los nidos según entras.

 

Elmira, Elmira, ven a casa, por favor, Elmira.

Se marchó un día para trabajar la arcilla, pero nunca volvió por esta orilla.

Dicen que una veta de plata encontró, la más grande que el imperio soñó.

Muy profunda, incluso para la minería y aun así buscando la luz del día.

¡Elmira, Elmira, ven a casa, por favor, Elmira!

Ella sigue allí y allí seguirá, y seguirá siendo mi dulce Elmira

 

Elmira, Elmira, ven a casa, por favor, Elmira.

Está atrapada en lo más profundo, sin comer ni dormir ya en este mundo.

Dicen que a veces me llama con pasión o que ya debió de perder del todo la razón.

Dando vueltas sin sentir, buscando la forma de salir.

Elmira, Elmira, ven a casa, por favor, Elmira.

Ella sigue allí y allí seguirá, y seguirá siendo mi dulce Elmira.

 

Cuaderno abandonado

 

Cuaderno abandonado

 

-Misión: Confines del mundo.

-Localización: Junto al Talismán de hueso Brazos fuertes (consulta su sección correspondiente para ver cómo llegar hasta él).

 

Era el mes de la tierra, hace tres años. El cielo que cubría Karnaca estaba lleno de estrellas. Lo recuerdo con claridad porque ese fue el día en que perdí mi puesto en el Conservatorio Real. Pasé la noche en este mismo tejado, bebiendo y mirando aquellos puntos de luz tan lejanos, buscando alguna clase de respuesta.

 

Una constelación destacaba. Una ballena, con una brillante estrella de color azul que hacía las veces de ojo. Era hermosa y de alguna forma me reconfortaba, como si me estuviera cuidando. Y al día siguiente, con la cabeza aún dolorida a causa de la bebida, encontré algo en un charco en la calle. Estaba hecho de hueso de ballena, tallado con extrañas marcas. Un amuleto, pensé, y funcionó durante mucho tiempo. Todo mejoró.

 

Pero ahora la suerte me ha abandonado, como todos los que me importaban y todo lo que poseía. Es estúpido, pero volví aquí arriba esperando que si podía ver de nuevo en el cielo a aquella amable ballena de ojos estrellados, quizás las cosas volverían a mejorar. Esperaré aquí, observando. Cuando regrese, la saludaré y esperaré que me vuelva a bendecir. No sé qué otra cosa hacer.

 

Decimoctavo día

 

Decimoctavo día

 

-Misión: Confines del mundo.

-Localización: En el escritorio al entrar en el puesto de los decanos.

 

Hermana Allison, registradora de procedimientos

 

También presentes la hermana Anne, la hermana Margaret y la hermana Tabatha.

 

Lo que sigue es una transcripción fiel y completa de lo pronunciado por la hermana Anne, oráculo:

 

Más incienso, por favor. Sí. El pasado y el futuro se unen. Carezco de cuerpo. El polvo me cubre; tan espeso que me falla la visión. Es la avaricia en forma palpable. Ocultando miles de males. ¡Oh, mirad, hermanas mías! ¡Herejía! Diez... ¡No! Veinte miserables, sirvientes del Vacío, ¡asquerosos adoradores del Forastero! En este mismo momento se encuentran reunidos en un callejón oculto, con el suelo resbaladizo por los desechos del pescadero. En el corazón de la Tolvanera.

 

Ahora continúo, aún cubierta de polvo. Casi ciega, aunque percibo algo. Cerca se ocultan otras blasfemias. Siento un sabor extraño en la boca. ¡¿Qué es esto?!

 

(Y aquí hubo una pausa hasta que la hermana Tabatha rompió el silencio por fin) Hermana, ¿ha cesado tu visión? Y si no es el caso, ¿qué observas?

 

(Y la hermana Anne contestó de la siguiente forma) Tengo un mensaje para el vicedecano. Dile a Byrne que ponga fin a esta intromisión innecesaria en el Conservatorio. Y ahora, la hermana Anne necesitará descansar un poco.

 

Y así terminó la sesión.

 

Veraz y con todo detalle.

Hermana Allison

 

Diario de una bruja

 

Diario de una bruja

 

-Misión: Confines del mundo.

-Localización: Junto al cuadro La isometría del Decano supremo Thaddeus Campbell.

 

Tercer día

Hoy he encontrado un muerto en la playa, envuelto en algas marinas y medusas. Tenía la tripa tan hinchada que temí que estallara si hurgaba. Media docena de cangrejos se escabulleron de su boca abierta. Creía que podía probar a hacer magia fuerte, de la que necesita uno o dos miembros para alcanzar su plenitud. Así que me llevé una de sus piernas a casa. Salió fácil.

 

Quinto día

¡Maldita sea mi suerte! La flor de angélica estaba afilada como la lengua de un marinero, pero aun así el hechizo se torció. No me lo explico, porque la pierna era grande y jugosa.

 

Octavo día

¡Ah! Descubrí en un sueño lo que salió mal. Esa maldita pierna que usé no estaba fresca n de lejos, y eso estropeó la magia. La próxima vez haré un trato con el enterrador y conseguiré un muerto recientito.

 

El libro de cocina del pescadero

 

El libro de cocina del pescadero

 

-Misión: Confines del mundo.

-Localización: Sobre una de las mesas tras subir por las escaleras exteriores antes de entrar al edificio del Mercado Negro.

 

-Quenelles de lamprea (Empanadillas de pescado de Serkonos)

 

Ingredientes

2 lampreas, sin piel ni espinas ni gusanos

Mantequilla

Harina

3 Huevos

Sal

Queso

Caldo de molusco (o cualquier caldo de pescado salado)

Vino blanco

 

Pasos

Hacer una pasta con la mantequilla, la harina y los huevos. Añadir sal al gusto. Picar y machacar la lamprea en trozos pequeños y añadirla a la pasta de huevo.

 

Calentar el caldo hasta que hierva ligeramente. Añadir la mezcla de huevo y lamprea a grandes cucharadas y cocer a fuego lento durante 30 minutos.

 

Disponer las quenelles cocidas en un plato de cocción hondo. Cubrir con cantidades generosas de queso y mantequilla y añadir el vino en la parte inferior del plato. Cocer hasta que el queso se funda y las quenelles adquieran aroma.

 

Servir al momento con cerveza fuerte. Para cuatro personas.

 

Historias graciosas de Serkonos

 

Historias graciosas de Serkonos

 

-Misión: Confines del mundo.

-Localización: En el escritorio dentro de una de las oficinas del puesto de los decanos, cerca de la sala de interrogatorios.

 

Una mañana temprano, al poco de amanecer, la mujer de Marcollo oye cómo llaman a la puerta. Es uno de los amigos de su marido.

 

“¿Y mi esposo?”, pregunta. “Se suponía que estaba contigo, recogiendo una caja de ron de Orbon”.

 

“Lo siento”, dice el amigo de Marcollo. “Ha pasado algo horrible en la destilería. Marcollo se cayó de cabeza en un barril de ron y se ahogó.”

 

Así que la mujer empieza a lamentarse. “¡Ay, amor mío! Te he perdido. Al menos dime que fue una muerte rápida.”

 

“No puedo mentir”, dice el amigo de Marcollo. “¡Salió tres veces para mear!”.

 

La Abadía de Quidam

 

La Abadía de Quidam

 

-Misión: Confines del mundo.

-Localización: En una estantería tras bajar por las escaleras en el puesto de los decanos.

 

-[Pasaje de una obra más extensa sobre la historia de los decanos]

 

La Abadía de Quidam es la sede del poder religioso y la inspiración de todos los decanos del imperio. La orden surgió con los años para proteger a la gente corriente delos estragos del Forastero, hasta que se consideró necesario un bastión central de autoridad. Esta imponente estructura es el destino de peregrinos en busca de refugio o guía.

 

Muchos atribuyen erróneamente la construcción de la abadía al Decano supremo Benjamin Holger, cuando fue en realidad su sucesor, John Clavering, quien puso los cimientos. Poco después de terminarse la abadía, todos los decanos del lugar acudieron a ella e iniciaron una peregrinación a White Cliff.

 

Allí comenzó un gran asedio, mientras los decanos purgaban la región. La batalla arreció contra los herejes, brujas y esclavos del Forastero. Aunque Holger pereció en la lucha. White Cliff quedó purificado y los ritos ceremoniales se sucedieron durante un mes, dando lugar a numerosas invocaciones y discursos que se inscribieron en grandes volúmenes y se llevaron de vuelta a la abadía, donde se siguen venerando a día de hoy.

 

La isla de Serkonos

 

La isla de Serkonos

 

-Misión: Confines del mundo.

-Localización: En el piso superior de la oficina de la estación.

 

-[Pasaje de un tomo sobre geografía y cultura de Serkonos]

 

Serkonos, la joya del sur, es bien conocida por sus cálidos vientos, su comida picante y sus playas interminables. Mientras la ciudad de Cullero recibe al grueso de los viajeros procedentes de las demás islas, Karnaca, en el extremo meridional del mundo conocido, es el lugar preferido entre la élite del imperio. Se dice que un mes descansando bajo el sol de las playas de Serkonos, o en una de sus aldeas rurales, puede curar la mayoría de los males. Los viajeros vuelven con recetas y estilos del sur, y los bailes que todos los nativos de Serkonos aprenden en su juventud son muy populares en Gristol por su sensualidad, copiados por la aristocracia en la capital, Dunwall.

 

El único problema persistente en Serkonos se encuentra en la serie de minúsculas islas que se extienden desde la isla principal hacia el este. Desde hace generaciones, este archipiélago ha servido de refugio para piratas, que asaltan a mercaderes que circulan entre las islas y, más recientemente, han llegado a atacar a balleneros que vuelven cargados con grandes reservas de aceite.

 

La música antigua

 

La música antigua

 

-Misión: Confines del mundo.

-Localización: Sobre la mesa en la sala del proyector dentro del Puesto de los decanos.

 

-[Pasaje de una obra más extensa]

 

Por todo el mundo natural hay ondas que nuestros sentidos apenas pueden percibir, una música antigua que lo impregna todo, como una regla estructural fundamental. A través de ella, se pueden conseguir maravillas sin violar las leyes naturales ni suplicar favores a espíritus poco amistosos.

 

Gracias a mis estudios, he descubierto una escala de 17 notas derivada de este fenómeno y, con el equipo adecuado, esas notas permiten conseguir efectos asombrosos. Entre los cuales no podemos dejar de mencionar la posibilidad de calmar la turbulencia que se origina en el Vacío, que atribuimos al Forastero.

 

Las siete censuras

 

Las siete censuras

 

-Misión: Confines del mundo.

-Localización: Junto a la Caja fuerte en el Puesto de los decanos. Este Saber es necesario para abrir dicha caja fuerte, junto con el Hallazgo Censuras para mantenerte a salvo (más detalles en la sección de la caja).

 

-[Pasaje de una visión general ampliamente extendida de Las siete censuras]

 

Rodea tu fuero interno con estas censuras y estarás a salvo.

 

Las siete censuras son nuestros principios básicos, enseñados y reafirmados por decanos por todas las islas. De estos principios provienen toda clase de reglas, códigos sociales y creencias sobre el cosmos.

 

1. Mirada errante

2. Lengua mentirosa

3. Manos inquietas

4. Pies errantes

5. Hambre desenfrenada

6. Carne lasciva

7. Mente descarriada

 

Es necesario restringir todas estas conductas para mantener el corazón libre de influencias malévolas. Permiten al Forastero penetrar en nuestro interior.

 

Letanía de White Cliff

 

Letanía de White Cliff

 

-Misión: Confines del mundo.

-Localización: En el santuario dentro del Puesto de los decanos.

 

-[Pasaje de una serie de invocaciones de los decanos, del Decano supremo Abram Templeton]

 

Y yo os digo, hermanos, que aquí es donde plantaremos cara, como fuerza de la rectitud ante las crecientes tinieblas. Aquí es donde nos uniremos contra los espíritus de lo desconocido, que nos sumirían gritando en la oscuridad, para no volver jamás a nuestros hogares, a nuestras familias. Juntos, serviremos como vara para aquellos que pudieran separarse del rebaño y perderse en las brumosas inmensidades grises del Forastero. La virtud de nuestros actos hará que arda un intenso fuego que evitará que los demás se pierdan. En cuanto a aquellos que opten por apartarse, más allá de los muros de nuestros hogares, en lugares lejanos, caeremos sobre ellos rápidamente, antes de que susurren a sus vecinos y llenen sus corazones de rarezas y dudas.

 

Notas del experimento con moscas de la sangre

 

Notas del experimento con moscas de la sangre

 

-Misión: Confines del mundo.

-Localización: Sobre la cama en la misma sala donde consigues la Llave del mercado negro.

 

Día uno: mis planes empiezan a funcionar antes de lo esperado. Ayer por la tarde, me topé con el cuerpo de un sabueso en la calle. Creo que las moscas de la sangre lo habían encontrado solo un día antes, más o menos, y pude extraer larvas de mosca de la sangre intactas. Las mantengo calientes bajo un buen trozo de cordero.

 

Día dos: ¡un éxito! Dos de mis muestras eclosionaron durante la noche, mucho antes de lo que habría podido esperar. Ambas están activas y se agitan bastante cuando me acerco.

 

Día siete: no pensé que fuera posible, pero casi han cuadruplicado su tamaño desde que las encontré.

 

Día diez: aún no han formado un nido, lo que es un golpe bastante importante a mis esperanzas de extraer ámbar de sangre.

 

Selección de dichos de los decanos

 

Selección de dichos de los decanos

 

-Misión: Confines del mundo.

-Localización: Sobre uno de los escritorios en el edificio de los decanos, cerca de la sala de interrogatorios.

 

“No dejéis que vuestra mirada se detenga en las cosas hermosas. Es mejor arrancarlas de un tirón que dejarlas pasarse demasiado tiempo sobre la tentación”.

Dichos de los decanos, 114

 

“Es inevitable que un pensamiento herético lleve a otros, del mismo modo que un hierbajo errante pronto se apoderará del campo de trigo”.

Dichos de los decanos, 401

 

“Sabed que solo hay un camino. La tarea del Forastero consiste en convenceros de que hay muchos”.

Dichos de los decanos, 31

 

“La obligación de la lengua es formular las siete censuras; todo lo demás es herejía”.

Dichos de los decanos, 18

 

“Quemad a los que no creen entre vosotros, porque son la plaga que azota la tierra”.

Dichos de los decanos, 534

 

“Estos son algunos de los disfraces del Forastero: el huérfano con la mano extendida, la ramera de palabras seductoras, el estudioso de varios volúmenes”.

Dichos de los decanos, 103

 

“Solo el aceite y la llama redimirán al hereje”.

Dichos de los decanos, 211

 

“Cuidaos de las hordas hambrientas, porque anhelan más que el sustento. Carecen de espíritu y les falta juicio”.

Dichos de los decanos, 140

 

“Vivid en silencio. Porque una sola mentira o una palabra mal dicha pueden llevar a una ruina de proporciones mucho mayores”.

Dichos de los decanos, 76

 

“No aceptéis la invitación del Forastero. La bebida que ofrece es venenosa, y en su hogar hierve la muerte”.

Dichos de los decanos, 41