Infernus
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Fuente: As
El escenario soñado por todo jugador, la cima futbolística, el clímax del deporte rey... éste era el objetivo que buscaban tanto Uruguay como Holanda, estar presentes el próximo domingo en la gran final del Mundial de Sudáfrica. Forlán y Robben lideraban a dos clásicas en una semifinal inesperada y en la que la 'oranje' contaba con el papel de favorita. Los de Van Marwijk sumaban 24 partidos sin perder y era la única que lo había ganado todo en el Mundial, aunque su juego no terminaba de convencer. Las bajas de Van der Wiel y De Jong fueron cubiertas por Boulahrouz y De Zeeuw sin necesidad de variar el dibujo táctico tulipán. Además de la baja de Luis Suárez, Uruguay contaba con las sensibles bajas en defensa de Fucile y Lugano, que ayudó a aliviar la vuelta de Godín. Forlán era la gran esperanza del combinado charrúa, que se encontraba "en una fiesta a la que no estaban invitados", según su propio técnico.
El encuentro comenzó con un intercambio de golpes por parte de ambos contendientes con el objetivo de hacerse con la posesión del balón. La batalla la ganó con claridad Holanda, que a los pocos minutos del inicio se adueñó de la pelota y gozó de la primera ocasión clara de gol, en las botas de Kuyt tras una salida en falso y un mal despeje de Muslera. La fuerza con la que salió Uruguay, apoyada por una fuerte presión al rival, fue disminuyendo con el paso de los minutos hasta desaparecer por completo. Los de Tabárez retrasaron sus líneas y se limitó a esperar atrás las embestidas de Holanda y a lanzar balones largos buscando a Cavani y Forlán. Holanda acumuló llegadas con peligro a las inmediaciones del área rival, mientras que Stekelenburg se convirtió en un espectador de lujo ante el pobre bagaje ofensivo charrúa.
La superioridad de los tulipanes se vio premiada poco después del cuarto de hora. El jugador del Feyenoord Gio mandó un misil desde su casa que hizo inútil la estirada de Muslera, que vio como el balón se clavó en la escuadra izquierda de su portería en lo que significó el primer tanto del partido y, sin duda alguna, uno de los tres mejores goles del Mundial. Tras adelantarse en el electrónico, Holanda optó por bajar las revoluciones del partido y se vio a los de Van Marwijk con un juego más tranquilo y pausado. A diez minutos del descanso, Cavani protagonizó el primer acercamiento con peligro de Uruguay al área rival sin suerte. Con el transcurso de los minutos y la relajación holandesa, los de Tabárez se hicieron con la posesión del esférico y con la iniciativa del juego. Así, a Forlán sólo le hizo falta que llegara su primer balón del partido para imitar a Gio y marcar el empate con un cañonazo que se coló por el centro con la inestimable ayuda de Stekelenburg. Así, se llegó al descanso con todo por decidir.
En la reanudación Van der Vaart ocupó el puesto de De Zeeuw con el objetivo de revertir la situación de la recta final de la primera mitad y desatascar al equipo holandés. En el primer tramo del primer acto se observó un juego muy parejo, aunque en esta ocasión fue Uruguay la que gozó de la primera oportunidad clara de peligro. Un nuevo fallo de Stekelenburg, en esta ocasión en una salida, habilitó a Álvaro Pereira para lanzar desde lejos y obligar a Gio a sacar el balón en la misma línea de gol. Los segundos cuarenta y cinco minutos se consumieron con la balanza muy equilibrada tanto en el juego como en las ocasiones de gol. Forlán protagonizó una nueva ocasión de claro peligro en el lanzamiento de una falta que detuvo, no sin apuros, Stekelenburg. La respuesta no se hizo esperar y Van der Vaart y Robben dejaron claro en la siguiente jugada que la 'oranje' estaba muy viva en el partido.
En la recta final del partido, en los últimos veinte minutos, se resolvió el choque en dos jugadas aisladas del combinado de Van Marwijk. Los dos mejores jugadores de los tulipanes sentenciaron el partido con un gol cada uno. Un disparo de Sneijder tras un barullo dentro del área acabó significando el segundo gol holandés. En la jugada pudo existir fuera de juego de Van Persie que, aunque no tocó la pelota, sí despistó a Muslera y fue clave en la jugada que devolvía la ventaja a los suyos. Tan sólo tres minutos después, Robben lograba sentenciar con el tercero para Holanda con un perfecto remate de cabeza a pase de Kuyt. El tanto de Maxi Pereira en el descuento mantuvo la tensión hasta el último instante.
Los tulipanes se convirtieron en los primeros finalistas del Mundial de Sudáfrica contando todos sus partidos por victorias, pero con lagunas en su juego. Uruguay, que mereció más, se conformará con disputar el partido por el tercer y cuarto puesto ante el perdedor de la otra semifinal que disputarán este miércoles Alemania y España.
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