Guía Dishonored 2

Saberes

Misión 5 - Conservatorio Real

 

 

Canciones tradicionales de Serkonos [3]

 

Canciones tradicionales de Serkonos [3]

 

-Misión: Conservatorio Real.

-Localización: En el piso superior del edificio azul, junto al Santuario del Forastero que contiene la segunda y tercera runa.

 

-El rey en el mes del hielo

 

Cuando el gorrión llame tres veces,

cuando la gaviota caiga otras tres.

Venid, doncellas, amantes, ratones y peces;

ven, pescador, granjero, sapo y res.

 

Una vez un rey vestido de rojo,

la hoguera encendía a su antojo,

mientras la ciudad lloraba hambrienta,

helada, en el mes del hielo y la tormenta.

 

Comed hielo, comed nieve,

le dijo el monarca a la plebe.

En una pica clavaron su cabeza,

maldijeron el nombre de su alteza.

 

Calla y duerme, nunca temas,

mamá cantará y alejará tus penas,

Faltan horas hasta que salga el sol,

no sueñes con un futuro horror.

 

Canciones tradicionales de Serkonos [4]

 

Canciones tradicionales de Serkonos [4] Canciones tradicionales de Serkonos [4]

 

-Misión: Conservatorio Real.

-Localización: Sobre un escritorio en la oficina en lo alto del edificio infectado.

 

La llamada del mar interminable

 

Me abandonaron en el muelle más lejano,

mientras el barco huía del puerto.

Dejándome solo con los cálidos vientos,

contemplando la espumosa estela del arrepentimiento.

 

Las bailarinas ondeantes

y el sabor del vino de Tyvia

no pudieron vencer mi recuerdo del océano

y sus oscilantes susurros.

 

Incluso ahora los gritos nerviosos de mis niños al volver a casa

no me conmueven y me cansan,

mientras anhelo el lamento de las profundidades

y sus inescrutables misterios.

 

Atravieso talando los bosques de madera oscura

y desangro las vetas plateadas de la montaña;

mas no hay bolsa por mucho que rebose monedas

que baste para aplacar mi sed de las profundidades saladas.

 

No soy un aristócrata ni un señor,

ni un decano ni un sabio estudioso,

pero quemaría todos sus volúmenes

y derretiría sus preciosas coronas,

por ser joven otra vez y surcar de nuevo el mar interminable.

 

Funcionamiento del molino de viento

 

Funcionamiento del molino de viento

 

-Misión: Conservatorio Real.

-Localización: En los tejados del edificio donde está el propio molino de viento que desactiva el arco voltaico.

 

-Sección 21: Mantenimiento regular

 

1. Comprobar la velocidad del viento. El molino solo dará vueltas si hay viento suficiente.

 

2. ¡Cuidado! Un gran viento podría sobrecargar los sistemas de seguridad. (Consultar el apéndice, arco voltaico).

 

3. Asegurarse de que no haya restos en los engranajes.

 

4. Lubricar el mecanismo según lo programado. (Consultar la sección 30).

 

5. Retirar las alimañas o los animales que aniden, como pájaros, ratas o moscas de la sangre.

 

6. En caso de emergencia, desconectar el molino de viento usando la palanca que está situada en la “plataforma de mantenimiento”.

 

7. Con el molino desconectado, comprobar si hay grietas o soportes sueltos en las aspas de madera.

 

8. Aplicar cera a las aspas de madera según lo programado. (Consultar sección 30).

 

9. De forma periódica, se deben reparar o sustituir los engranajes, las aspas y demás piezas, tal y como se especifica en la sección 10.

 

La maldición extranjera, escrito por Tabitha Alba

 

La maldición extranjera, escrito por Tabitha Alba

 

-Misión: Conservatorio Real.

-Localización: Lo encontrarás justo encima del ascensor del Conservatorio y podrás cogerlo de paso que vas a por el Talismán de hueso Encasquillado afortunado. O está ahí justo encima del ascensor o es que estaba justo al lado del talismán y cayó ahí sin que en Eliteguias nos diésemos cuenta.

 

La gran peste. La muerte propagada. La maldición extranjera. Estos son los nombres que damos a la enfermedad que surgió brevemente, cobrándose decenas de miles de vidas a medida que se extendía por todo Gristol de casa en casa, de ciudad en ciudad, sin distinguir entre ricos y pobres. La capital, Dunwall, fue la que más sufrió, tan atestada de hombres y ratas.

 

Muchos temían que la enfermedad se extendiese a Serkonos, pero además del bloqueo naval efectuado en aquel momento, varios factores contribuyeron a impedir que aquel mal alcanzase nuestras orillas.

 

En primer lugar, en Serkonos las moscas del a sangre mantuvieron a raya la población de las ratas, que portaban la enfermedad. Enemigos por naturaleza, sabemos que las ratas se alimentan de las larvas de moscas de sangre, y que cuando estas se desarrollan, depositan sus huevos en las ratas. En segundo lugar, es absolutamente cierto que los habitantes de Serkonos son más sanos que la mayoría. Al contar con los mejores alimentos, dar paseos matutinos y entregarnos a una ética del trabajo duro, hemos desarrollado una inmunidad ante enfermedades que afectan a pueblos menos vibrantes. Por último, el polvo de las minas se podía encontrar en Serkonos incluso en la época de la gran crisis de Dunwall; y ese polvo desempeñó un papel esencial. Es cierto que las ratas propagaban la enfermedad, pero ahora algunos filósofos naturales creen que también era transportada por las corrientes de viento. De este modo, podemos dar gracias porque, además de proporcionarnos riquezas gracias a la plata, las minas también nos protegieron de la mayor peste que se recuerda.

 

La tecnología de Sokolov y la nueva era

 

La tecnología de Sokolov y la nueva era

 

-Misión: Conservatorio Real.

-Localización: En una habitación del primer piso de la sala grande del Conservatorio.

 

-[Pasaje de un libro reciente que recoge en detalle la tecnología de Sokolov]

 

Una de las ventajas que tienen todas las tecnologías de Sokolov es que comparten un mismo enchufe magnético para los depósitos de aceite de ballena procesado que utilizan como combustible. Cuando se agota un depósito, se puede cambiar fácilmente por otro, y el proceso es tan simple que cualquier obrero común o incluso el guarda de menor nivel puede realizar esa labor.

 

Esto se aplica a los sistemas de seguridad tanto de los postes fulminantes, como de los arcos voltaicos, así como a los vagones que usan como transporte los pocos privilegiados lo bastante ricos como para poder permitírselos. La única pega evidente de los diseños de Sokolov es la volatilidad del aceite. Se ha producido algún que otro incidente, que ha ocasionado daños a propiedades o lesiones a personas, al explotar uno de los depósitos.

 

Mis efigies de las hermanas del oráculo

 

Mis efigies de las hermanas del oráculo

 

-Misión: Conservatorio Real.

-Localización: Sobre un sofá en la sala contigua del despacho de Breanna en donde encuentras las “Lentes descartadas”.

 

Cuarto día

Ha sido difícil crear efigies de las hermanas del oráculo. Son reservadas y rara vez se aventuran al exterior. Ha sido imposible conseguir el cabello y los cortes de uñas que necesito.

 

Pero tengo una idea. Si las hermanas mantienen un vínculo incluso más allá de la muerte, entonces puedo usar los huesos de sus fallecidas, desenterrados de un cementerio de la Abadía, para sintonizar el Oraculum con las mentes de las hermanas que sobreviven.

 

Duodécimo día

Ya está hecho. Adolfina y muchas otras regresaron con un vagón lleno de ataúdes. Comenzaré de inmediato a crear las nuevas efigies.

 

Decimonoveno día

Solo débiles voces hasta ahora. Nada que se acerque a la conexión necesaria para inducirles los sueños. Debo ajustar las lentes, refinar las efigies, dormir con sus cráneos bajo las mantas unas cuantas noches más. Integrar quizás los pañuelos que usan para cubrirse los ojos.

 

Vigésimo primer día

Delilah está ansiosa por escuchar mis progresos y no hay mucho que contar. Puede interrumpir momentáneamente la conversación de varias hermanas del oráculo, dejándolas sin palabras por unos momentos. Confío en que muy pronto podré obligarlas a decir todo lo que desee. Entonces tendré noticias para mi emperatriz en Dunwall.

 

Vigesimotercer día

¡Por fin! Mantuve a una de las hermana del oráculo durante una hora en un estado similar al trance. Delilah estaba eufórica. ¡Pronto controlaremos la orden del oráculo!.

 

Nuestros filósofos naturales, por Kenneth Obenshaw

 

Nuestros filósofos naturales, por Kenneth Obenshaw

 

-Misión: Conservatorio Real.

-Localización: En la sala de las camas y las brujas.

 

-“¡Siempre hay una cura! La cuestión es: ¿Qué estás dispuesto a sacrificar para obtenerla?”

 

Cuando Anton Sokolov pronunció esas palabras, Gristol se enfrentaba a la peor plaga del siglo. Los hospitales se veían sobre pasados y cundía el pánico entre los ciudadanos. Al final se descubrió una cura, gracias al trabajo de Sokolov y Piero Joplin. ¡Pero esa cura supuso un precio terrible!

 

En su búsqueda de un remedio, Sokolov necesitaba individuos infectados a los que reunieron y proporcionaron sueros experimentales, de forma que se pudieran observar sus reacciones. La peste ya era suficientemente horrible, ¡pero esos sueros produjeron sus propios síntomas nefastos! En un paciente, la sangre se le volvió como si fuera de piedra. En otro, los huesos se disolvían bajo la piel. Se dice que los gritos terribles bastaban para hacer enloquecer a una persona cuerda. Aun así, se realizaron avances, según Sokolov.

 

¡Lamentablemente, no bastaba con hacer pruebas con los enfermos! Por razones que quizás solo un filósofo natural podría entender, también era esencial administrar dichos sueros a individuos sanos. ¡Ciudadanos presos por crímenes menores vieron cómo los encerraban en celdas y les inyectaban los sueros experimentales de Sokolov! La mayoría de estas personas que antes estaban sanas perecieron, por supuesto. Oficialmente, todas eran “víctimas de la peste”, sacrificados para encontrar una cura y enterradas en fosas comunes.