Guía Horizon: Zero Dawn

Glifos escaneados

(14) Los Nora

 

 

Rumores de los Nora

Por Aram, hombre de mundo

 

Lectores, muchas veces me piden que hable de la tribu bárbara más temible, los Nora del Salvaje Este. Su ferocidad tiene tanta fama que no sería descabellado pensar que fueron ellos los que nos asaltaron durante los días oscuros del Rey Sol loco, y no al revés. Pues bien, queridos lectores, aunque puedo presumir de ser valiente, hay una franja sombría que separa la valentía de una muerte segura... y una muerte segura es lo que le esperaba a todo aquel que cruce las Tierras Sagradas de los Nora.

 

No obstante, he viajado más allá de la Torre del Día para adentrarme en los nevados terrenos del Salvaje Este y llegar hasta la misma frontera con el territorio Nora, donde hay un penoso campamento comercial conocido como Encuentro de Cazadores. Allí, sentado en una hoguera a la intemperie con forasteros y gente de zafia índole, logré recabar historias y testimonios de lo que podríamos encontrarnos en el valle de las guerreras.

 

Me contaron que a otro día de viaje al sur se encuentra Corona de Madre, un nombre que sugiere algo más que el fuerte de tres troncos y cabañas de leña que me describieron. Aun así, me aseguraron que resulta más imponente sobre un afloramiento rocoso, muy por encima del ajetreo de los rápidos y de las cascadas de espuma blanca. Desde sus murallas, varias torres de vigilancia se yerguen entre las montañas, y ante cualquier indicio de intrusión, las flechas ígneas vuelan de un punto a otro (para ser una tribu que se preocupa por su adorada tierra, ¡esperaba una actitud menos imprudente!).

 

Los intrusos que son lo bastante valientes (o estúpidos) como para acercarse tras semejante exhibición vuelven con otra salva de flechas, esta vez volando justo por encima de sus cabezas. Los forasteros concordaron entre risas en que si un Carja llega mostrando sus colores, las flechas volarían algo más bajo. Hasta los soldados parapetados tras los muros de Torre del Día se quejan de que sufren emboscadas y son devorados por guerreros Nora.

 

Les corregí diciéndoles que no eran Nora, sino Tenakth, famosos por sus prácticas caníbales. De hecho, a los Nora solo se les ha visto mascar la corteza de los árboles y las robustas plantas del suelo, y beber infusiones de hierbas extrañas. Sugerí que igual tendrían prohibido comer carne, salvo en los curiosos rituales femeninos que celebran a la luz de la Luna.

 

Sí, en la tioerra de los ignorantes Nora, el orden natural de las cosas funciona al revés. Las mujeres mandan sobre los hombres, y el poder del metal Carja puede ser repelido por troncos, cuero y pieles. Las ruinas, repletas de artefactos, siguen intactas, y los enormes tramos fértiles permanecen baldíos. Las únicas a las que no parece inquietarles estas anomalías son las máquinas, de las cuales los Nora desconfían profundamente después de algún que otro conflicto ancestral. El Padre Sol no tiene cabida aquí, y no me sorprendería que la deidad de los Nora resultara ser la misma Luna.

 

Aunque las Nora son las famosas protagonistas en las historias de encuentros con la tribu, también se ha visto a hombres con el estrafalario peinado y las marcas de pintura azul de los guerreros Nora. Después leer estudios antiguos sobre la tribu, tengo entendido que existe un ritual conocido como “la Prueba”, que permite a los hombres luchar entre ellos para ganarse el favor de sus gobernantas.

 

Lamentablemente, mi curiosidad por presenciar este ritual Nora, entre otros tantos, no está satisfecha. Pero tengo la esperanza de que Su Iluminación ofrezca una alianza con estos misteriosos bárbaros. De esta forma, cuando el Rey Sol me obsequie con su generosidad -y la seguridad de que viajaré con muchos blasones bien pertrechados-, aceptaré de buena gana escribir un relato de primera mano para el disfrute de mis lectores. Es más, para tal acontecimiento, tengo pensado contratar a una escriba que me permita comunicarme mejor con los Nora (además de garantizarle a una joven Carja un futuro mejor que vender metal para los comerciantes Oseram de la ciudad, ¿no?).

 

Eso sí, hasta que el Sol no me bendiga con ese día, solo puedo compartir con vosotros copias de una amplia colección de escenas que he ido reuniendo con el paso de los años, aunque no son más que destellos de estas mujeres extrañas y salvajes, pero seductoras a su manera.

 

Cómo conseguirlo

 

(14) Los Nora

 

(14) Los Nora

 

En el punto indicado en el interior de esa taberna de Mercado Brillante.