Guía Horizon: Zero Dawn

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(3) Historia de Ocaso

 

 

La historia de Ocaso

 

Tras la desaparición del Radiante Iriv y su séquito en el Oeste, el Radiante Basadid encargó una poderosa fortaleza que se levantó en el confín más lejano del Solminio. Su iluminación eligió construirla sobre unas viejas ruinas argumentando que los antiguos debieron aprovechar el valor estratégico del lugar.

 

Las obras de los antiguos, de suave piedra gris y un metal tallado de forma extraña, se derrumbaron o se convirtieron en los cimientos de otras construcciones, y las catacumbas quedaron aisladas. Solo quedó el anillo de piedra, que pudo haberse usado para algún tipo de ritual misterioso, y que sirvió como campo de entrenamiento para la guarnición.

 

A pesar de que los constructores y los soldados vivían temerosos en una tierra en la que el Sol se marchaba de noche, los muros de la fortaleza se erigieron firmes y poderosos. Su Iluminación y el sumo sacerdote Pashaman el Irrebatible la bautizaron como Ocaso bajo la abrasadora y aprobadora mirada del Sol.

 

Nadie ponía en duda la prudencia del Radiante Basadid, ni la persistente esperanza que tenía de volver a ver a su hermano algún día, pero ninguna amenaza importante acechó desde el Oeste mientras vivió y en las tres generaciones que le sucedieron. Aun así, los registros indican que los hombres de Ocaso combatieron con muchos bandidos y buscavidas que pululaban por el Limpióxido, y con una peligrosa estampida de Bégimos en la Llama Prolongada.

 

Ocaso se convirtió en un recuerdo lejano hasta el sexto año del reinado del undécimo Rey Sol, cuando el Radiante Marzid visitó el lugar en persona para examinarlo. En el calor del desierto, su Iluminación recibió la visión de una ornamentada Ciudadela con una cúpula metálica tan pulida que recibiría el amanecer y atraparía los últimos rayos del Sol al anochecer, y ordenó de inmediato que dedicaran los recursos del Solminio a la construcción de la estructura.

 

Cuando terminó de construirse, Su Iluminación usó la Ciudadela como palacio de verano, y trajo con él a muchos nobles y artesanos de la Corte del Sol. Con el tiempo, Ocaso pasó a ser una ciudad independiente y el hogar de obras tan grandes como la Pasión del Cuellilargo por las Dunas, las Estaciones Cambiantes en Brillobronce y el Llanto por Arenas Cinabrias. El pétreo anillo de entrenamiento se remodeló para acoger desfiles de pompa en los que los jóvenes blasones o los Halcones de la Logia de Cazadores podían exhibir el dominio del Sol sobre las máquinas.

 

La prominencia de Ocaso en la cultura del Solminio continuó durante muchos años, hasta la prematura muerte del Rey Sol Marzid en la Ciudadela que tanto apreciaba. En su procesión de vuelta a la Ardiente, una hilera de antorchas se extendió por el Umbral del Día para que su rumbo estuviera iluminado tanto en el día como en la noche. El Radiante Hivas, hermano del difunto rey, se volvió en la noche. El Radiante Hivas, hermano del difunto rey, se volcó en la renovación de la soldadesca del Solminio, y con el fallecimiento del viejo Rey Sol también se cerró este capítulo en la historia de Ocaso.

 

En los primeros años de reinado del decimotercero Rey Sol Jiran, antes de la caída de su sombra, el Valle Susurrarena pasó por una temporada parcialmente dura. Al enterarse de que las tormentas no tendrían piedad ni con las armaduras, decretó que los miembros más aguerridos de su guardia deberían entrenar en este desierto y se bautizarían como Cernícalos. De hecho, Helis, que acabaría convirtiéndose en el Cernícalo más infame, fue uno de los primeros en sobrevivir a esta prueba de Sol y arena.

 

En el decimoquinto año del reinado del Rey Sol Jiran, cuando los sacrificios en el Anillo de Sol se antojaban insuficientes para aplacar la Locura de las máquinas, él presidió el ritual de sangre del anillo en Ocaso. Los Cernícalos espolearon con lanzas a un Bégimo capturado para que fuera a por unos esclavos de los Oseram y los Utaru. Cuando la bestia se volvió en contra de los Cernícalos, el Rey Sol se puso en pie y declaro que el sol, en su infinita generosidad, aceptaría el sacrificio tanto de fieles como de infieles.

 

Y así comenzó una era de terror para Ocaso en la que los sacrificios no cesaban en el Anillo del Sol, y la Ciudadela degeneró en un lugar donde la luz no brillaba. Allí encerraron a muchos ciudadanos honrados del Solminio para desaparecer de la misma forma que si se aventuraran en el Oeste Prohibido. En los últimos días de reinado del Rey Sol Jiran, Ocaso quedó al cargo de sus Cernícalos y del sumo sacerdote, que ya no respondían ante el Solminio como una unidad.

 

Tampoco fue una sorpresa que, tras la liberación de Meridian, los partidarios de Jiran buscaran refugio en Ocaso. Como fortaleza era inexpugnable, pero, al estar apartada de las ricas tierras del Umbral del Día, era una ciudad empobrecida. A este punto muerto llegaron en el primer año del decimocuarto Rey Sol, el Radiante Avad, y en este punto se quedó Ocaso. La fortaleza que se construyó para proteger al Solminio de la sombra del oeste ahora alberga una sombra aún peor: la de los falsos Carja que la habitan.

 

Cómo conseguirlo

 

(3) Historia de Ocaso

 

(3) Historia de Ocaso (3) Historia de Ocaso

 

Sobre una caja cerca del muelle en el punto indicado del poblado Mercado Brillante.