Guía Horizon: Zero Dawn

Glifos escaneados

(7) La liberación

 

 

La liberación de Meridian

 

Un informe oficial redactado por los cronistas de los sacerdotes del Sol y marcado con los emblemas de la Verdad de Varan el Riguroso, que fue testigo de estos acontecimientos.

 

En el vigésimo primer año del reinado del decimotercero Rey Sol Jiran, el periodo más oscuro de su locura, el heredero favorito del Rey Sol fue ejecutado. El crimen del Radiante Kadaman no fue otro que exigir el fin del derramamiento de sangre ordenado por su padre, y su sacrificio puso en marcha ese final.

 

El segundo heredero de Jiran, el Radiante Avad, huyó de Meridian al anochecer acompañado de su guardia de honor, soldados más leales a él que al Rey Sol. Viajaron toda la noche en dirección norte, sabedores de que al amanecer serían considerados traidores y se pondría precio a sus cabezas. Y así fue que cuando Jiran hizo esa proclamación, ya habían viajado muy lejos, y con el tiempo alcanzaron el límite del Solminio y se adentraron en territorio Oseram.

 

Avad era astuto y había planeado negociar con los Oseram. Sabía que contaba con un aliado entre ellos -Ersa, una feroz guerrera Oseram con quien Avad tenía una larga e insólita historia. Dos años antes, Ersa había sido llevada a Meridian como prisionera condenada a ser sacrificada. Pero sobrevivió al Anillo del Sol tras matar a dos Cernícalos con sus propias manos. Así se ganó el privilegio de ser una esclava de palacio, gracias a lo cual conoció al príncipe Avad. Surgió una singular amistad y Avad conspiró para liberar a su amiga, que regresó de inmediato a su tierra natal. Ahora, desesperado por encontrar aliados, Avad buscaba a la Oseram a cuya liberación había contribuido.

 

Ersa tenía vínculos con los caudillos y saqueadores que habían resistido los Asaltos Rojos. Con el poder de Ersa y la capacidad estratégica de Avad, podrían formar una hueste y derrocar a Jiran. Y como legítimo heredero del trono del Sol, Avad esperaba que su ejemplo sirviera para que su pueblo se rebelara, librando así a Meridian de una guerra abierta.

 

Tras meses de preparativos, Avad y sus aliados cruzaron la frontera y marcharon sobre Meridian. A medida que corría la voz sobre su avance, muchos soldados Carja regresaron a la ciudad, depusieron las armas o incluso se unieron a los libertadores. Pero el sabio Avad sabía que los leales a Jiran defenderían Meridian hasta el último aliento, sacrificando incluso las vidas de sus ciudadanos si eso servía para defender la ciudad de un asedio.

 

A su llegada, observó que los Cernícalos y la guardia de la ciudad ya estaban apostados en las murallas de la ciudad, preparados para hacer frente a las flechas y los disparos. Pero los aliados Oseram de Avad habían traído nuevas armas jamás vistas bajo el Sol -rugientes cañones, fuertes como máquinas. Avad permitió que dispararan sus salvas contra las murallas exteriores, lo que provocó una gran carnicería entre los defensores.

 

Cuando el humo se disipó, quedaron a la vista numerosas escenas demasiado cruentas y caóticas para ser descritas. En la terrible vorágine de sangre y humo, los fosos de esclavos del Anillo del Sol se abrieron y cientos de desdichados emergieron de ellos, desesperados por escapar. Muchos de los partidarios de Jiran aprovecharon la oportunidad para huir con la multitud. El día tocaba a su fin y, viendo que sus tropas estaban mermadas, el Rey Sol Jiran ordenó a sus leales Cernícalos que evacuaran de la ciudad a Itamen, el único heredero que le quedaba.

 

Helis, el Terror del Sol, se abrió paso a través de Meridian de este a oeste, aniquilando a su paso a aliados y enemigos por igual. Nadie podría igualar la ferocidad de Helis y sus Cernícalos, y de este modo fue como escaparon Itamen, su madre, la Reina Viuda Nasadi y el sumo sacerdote Bahavas.

 

Avad se enfrentó a Jiran en su Solarium. Esperaba que su padre respondiera por sus crímenes de manera honorable, pero al ver que no era así, lo abatió con un gran pesar. Puesto que el asesinato de un verdadero Rey Sol es un acto inconcebible que sin duda sumiría el mundo en la Sombra, la muerte de Jiran demostró que el Sol había abjurado de su legitimidad.

 

Sí, el Sol se había tornado en Sombra en el trono de Meridian, y fue la luz de Avad la que expulsó a la Sombra al oeste, donde ha permanecido hasta el día de hoy. De ese modo se corrigió el curso natural de los acontecimientos, en este, el primer año del reinado del decimocuarto Rey Sol, el Radiante Avad.

 

Cómo conseguirlo

 

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Examina ese libro que está sobre la mesa en el punto indicado de la ciudad de Meridian.