Guía Dragon's Dogma: Dark Arisen

Santuario de las falsedades

 

 

Aquí solo te encontrarás con un enemigo, pero se tratará de un Boss, un gigantesco ojo y sus tentáculos. El principal problema será que no podrás atacarle directamente sino que tendrás que hacerlo de una forma específica, así que mucho ojo con él...

 

Ojo de los tentáculos

 

Lo que tienes que hacer es destrozarle los tentáculos hasta que varios de ellos salgan del suelo en la parte inferior y le lancen energía al monstruo. Entonces rápidamente elimina a esos tentáculos y harás salir a una especie de bola de energía... en cualquier caso, en ese momento el ojo debería salirse del cascarón en el que está protegido, quedando aturdido en el suelo y expuesto... por lo que tienes que aprovechar para soltarle tantos golpes como puedas antes de que se recupere.

 

Le harás bastante daño con cada uno de estos ataques, el problema es llegar hasta ahí, claro, no será un proceso cómodo.

 

Mientras atacas a los tentáculos “normales” (entiéndase los que no le disparan la energía al ojo), puedes hacerlo de dos formas, esquivarlos cuando aparezcan y contraatacar o bien trepar hasta el ojo y avanzar hasta los tentáculos para cortárselos directamente de raíz.

 

Hagas lo que hagas, no bajes hasta el nivel inferior mientras no tengas que atacar a los tentáculos que le disparan energía, por que el ojo creará una nube tóxica por esa zona baja. También fíjate cuando veas al ojo emitir una especie de brillo... entonces cúbrete rápido tras una columna por que si te coge con este ataque te “envenenará”.

 

Cuando por fin consigas derrotar a este extraño enemigo, ve por la puerta que acabas de desbloquear para llegar al Corredor de la desidia.