Guía Dragon's Dogma 2

Un incómodo encuentro

Puede que el entramado de Disa no sea el único plan nefasto que germina en el palacio. El ministro Allard, partidario de la reina regente, merece también ser investigado.

Después de completar La aldea sin nombre y El trono robado, habla de nuevo con Brant en la taberna El Pequeño Lucero, en Vernworth, y elige la opción “Esos rumores sobre Allard...”, entonces acepta la propuesta para comenzar esta nueva misión.

Espera a que sea de noche y dirígete a la zona del castillo, en donde nada más entrar, de nuevo Sonia te llevará a la misma entrada del palacio que en una de las misiones anteriores.

Una vez dentro, aparte de que los guardias esta vez no te podrán ver, tu ve a la derecha y en la sala grande, en lugar de girar a la derecha como en la anterior infiltración, esta vez ve recto y sube por las escaleras del fondo, así como también por las siguientes hasta el segundo piso (que técnicamente es el tercero, pero bueno, en el mapa sigue marcando “P.2”.

Luego acércate a la puerta del fondo al Sur en la zona delimitada, para ver una escena con Silas y Allard.

Da media vuelta rápido antes de que salgan y entra en el “Buró magistral”. Ahí, aparte de un cofre, lee el libro “Una Minuta Histórica, Capítulo Segundo” sobre la mesa.

Ahora sí, entra en los aposentos del ministro, en donde estaban esos dos, y pasa por esa sección de pared a la izquierda ligeramente diferente del resto. En esta sala secreta, recoge la “Carta con el escudo battahlí” sobre el escritorio.

Sal de esta pequeña habitación secreta y tras la escena, salta por la esa ventana abierta (tranquilo/a, como mucho te harás un poquito de daño con la caída pero ya) y en cuanto intentes salir del patio, te encontrarás de nuevo con Wilhelmina.

Finalmente, tan solo tienes que regresar junto a Brant, seleccionar la opción “Esos rumores sobre Allard...” y darle la “Carta con el escudo battahlí”, completando así esta misión.

Ahora sigamos con la misión Fiesta del engaño.

Recompensa

1.200 EXP

5.500 M

Anillo de devengo