Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Grupos

Los Amigos de Jenny la Roja

¿Los Amigos? No hurgues ahí. Es tentador –porque, ¿qué más puedes hacer, si no?--, pero no. Nunca se sabe qué vas a sacar. Porque Jenny la Roja lleva mucho tiempo por ahí, está por todas partes y pega fuerte o pega flojo, pero la elección nunca depende de ti. Si quieres que alguien reciba su merecido, guarda tus monedas para un cuervo con principios y sabrás lo que tendrás a cambio.

Notas de ser Keiter, un mercader itinerante, a su hijo Erbal.

Sean quienes sean, son una distracción. Mantienen a la gente ocupada y a los señores nerviosos. Y como los ataques no siguen ninguna pauta, ahora nos pagan varias veces por atacar a supuestos rivales. Los bardos deberían pagarle una comisión.

--Anónimo

Mi padre la persiguió una vez. ¿Quieres perder a tus amigos rápidamente? Pues diles que la estás siguiendo. Encontró un informe que sostenía que la habían matado en Nevarra. Todo el mundo que iba en aquel comando, hasta el último hombre, murió, quedó lisiado o perdió de algún modo sus derechos durante el invierno siguiente. ¿Sabes de cuándo estaba escrito? ¡De hacía cincuenta y dos años! Antes hurgaría en los asuntos de una bruja que en los de ella. Que chinche a los nobles; creo que es lo natural.

--Recomendaciones del capitán Varn, un miliciano privado contratado en Denerim

¿Cómo funciona? Tú me dices cómo. Pides que suceda algo malo, y tarde o pronto alguien lo hace. ¿Lo habrá hecho ella? ¿Acaso importa? En cualquier caso, cree que has tenido algo que ver. Quizá baste con eso.

--Entrevista en una taberna de Montsimmard, sin dar nombres

¡Sé que ha sido ella! ¡Las llaves no desaparecen sin más! Y los caballos, ¿supongo que se soltaron un poco por accidente? Y los incendios que barrieron el barrio sur, la inundación de mi casa de verano, la caída en el precio de las mercancías que justo coincide con mis planes para vender mis inversiones, el cólera que sufrí la temporada pasada, el tiempo que se muestra inclemente siempre que viajo. No me puedes decir que todas estas cosas son pura casualidad. Quizás el hecho de que no me creas también sea obra de ella. Estás despedido. Todo el mundo está despedido.

--Notas dispersas de Bann Markal