Guía Dragon Age: Inquisition

Matadragones

 

 

La expansión multijugador Dragon Age: Inquisition - Matadragones añade combates contra dragones celestiales en un mapa nuevo y único e introduce tres nuevos personajes con los que jugar: un Vigilante del Cielo avvarita, un virtuoso cuya música es mortal, e Isabela, la mismísima Reina pirata de los mares del Este. Prepara a tus agentes para combatir contra los elementos y ganarte un lugar entre los matadragones de leyenda.

 

Lucha contra los dragones celestiales en un mapa nuevo

Los dragones celestiales se han asentado en las ruinas de la isla de la costa fereldena. Estas criaturas son extremadamente peligrosas y no dudarán en arrasar el sur a menos que ataques antes de que comience la masacre. Explora un mapa nuevo y único y haz todo lo posible para poner fin a esta amenaza. Por suerte, no estás solo. Tres héroes se han unido a la batalla: un Vigilante del Cielo avvarita, un virtuoso letal e Isabela, la Reina pirata de los mares del Este. Prepara a tu grupo para embarcarte en esta aventura multijugador y hazte un hueco entre los matadragones legendarios.

 

Lucha en un mapa completamente nuevo

Esta aventura te transportará al sur de la costa fereldena; un mapa nuevo y único donde te enfrentarás a tu mayor desafío.

 

Tres nuevos personajes con los que jugar

El Vigilante del Cielo emplea una poderosa mezcla de magia elemental y ataques cuerpo a cuerpo para hacerse con la victoria. En segundo lugar está Zither, un experto virtuoso que controla una amplia gama de magia con su laúd y es capaz de alterar el flujo de batalla, otorgándole una notable ventaja a sus compañeros. Por último, está Isabela (conocida como la Reina de los mares del Este), una duelista cuyas habilidades y velocidad no conocen rival.

 

Enfréntate a los hostiles dragones celestiales

Los dragones celestiales, la raza de dragones más rara, ha invadido las ruinas de la isla de la costa fereldena. Estas son unas de las criaturas más peligrosas que existen. Si no atacas y acabas con ellas, el sur estará perdido. Que Andraste os guíe.