Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Historia

Las monedas de capricho orlesianas

La victoria en el Gran Juego no solo la deciden las personas que uno tiene a su mando, o los contactos o las maquinaciones de uno, sino a lo que se está dispuesto a renunciar.

La muestra más clara de ello son los caprichos: según la tradición, cada moneda es un regalo. Antaño fuero muestras de respeto, favores que concedían a los gentilhombres sus amantes o patronos. Tirarlas a una fuente estaba muy arraigado en la superstición: la prenda se ofrecía como un sacrificio, un soborno para que Andraste mantuviera al gentilhombre con vida en la batalla. Cuanto más tuviera uno que ofrecer a las aguas, más posibilidades tenía de escapar del capricho del destino, de ahí su nombre. Con el tiempo desaparecieron los aspectos supersticiosos de la costumbre y ahora el capricho es una señal de status. Cuantas más monedas tiene uno, más patente hace el espectáculo de tirarlas y más fuerte es su posición en el Juego.

--De La guía de una viuda a la buena sociedad, de Lady Alcyone