Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Historia

El Hacedor

 

 

El Hacedor

 

No había palabra

para el cielo o la tierra, el mar o el firmamento.

Solo existía el silencio.

Entonces, la voz del Hacedor entonó

el Verbo,

y el Verbo se convirtió en todo lo que puede ser:

Sueño e idea, esperanza y miedo, un sinfín de posibilidades.

Y de él engendró a sus primogénitos.

Y les dijo:

A mi imagen y semejanza os he creado

y os concedo autoridad

sobre todo cuanto existe.

Que por medio de vuestra voluntad

cristalicen todas las cosas.

 

Entonces, en el centro del cielo,

hizo brotar

una ciudad con torres de oro,

calles con música en lugar de adoquines

y pendones que ondeaban sin viento.

Allí se instaló para esperar

y ver las maravillas

que creaban sus hijos.

 

Los hijos del Hacedor se reunieron

ante su dorado trono

y allí cantaron himnos de eterna gloria.

Pero sus anciones

eran las de los adoquines.

Brillaban con la luz dorada

reflejada por el trono de Hacedor.

Levantaron los pendones

que ondeaban solos.

 

Y la voz del Hacedor hizo tronar el Velo

al decir: a mi imagen y semejanza he creado

a mis primogénitos. Os he concedido autoridad

sobre todo lo que existe. Por voluntad

vuestra se hacen todas las cosas.

Pero no hacéis nada.

El reino que os he regalado

es informe, fluido.

 

Y supo que había errado.

Así que el Hacedor dio la espalda a sus primogénitos

y le arrancó al Velo

un pedazo de su carne.

Apartándola de los espíritus, le habló para decirle:

ahora decreto

la oposición en todas las cosas.

Para la tierra, el cielo.

Para el invierno, el verano.

Para la oscuridad, la luz.

Por mi voluntad suprema, que el equilibrio quede

bisecado

y el mundo reciba nueva vida.

 

Y ya no fue informe y fluido,

sino sólido e inmutable,

con palabras para el cielo y la tierra, el mar y el

firmamento.

Y así, de la sustancia del

mundo, hizo el Hacedor

a los hombres. Inmutables, como ella,

con almas hechas de sueños e ideas, esperanza y

miedo,

un sinfín de posibilidades.

 

Y entonces dijo el Hacedor:

para vosotors, mis segundos nacidos, éste es mi

regalo.

En vuestro corazón nacerá una

llama inextinguible,

devoradora e insaciable.

A partir del Velo os he creado

y al Velo regresaréis

cada noche en sueños,

para quepodáis recordarme.

 

Y entonces, el Hacedor selló las puertas

de la Ciudad Dorada,

y allí aguardó

para ver las maravillas

que creaban sus hijos.

 

--Cántico de Threnodies 5:1-8

 

Localización:

En la habitación de la capilla de Refugio justo enfrente de donde está Josephine.