Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Historia

La Primera Ruina, capítulo 4

 

 

La Primera Ruina, capítulo 4

 

Los guardas grises, orden fundada e la fortaleza de Weisshaupt de las Anderfels, ofrecieron esperanza a la humanidad en los peores momentos. Se unieron veteranos de décadas de batallas contra los engendros tenebrosos y los mejores de entre ellos se comprometieron a hacer lo que fuera necesario para contener la marea de oscuridad que estaba barriendo sus tierras. Estos grandes humanos, elfos y enanos compartieron sus conocimientos acerca del enemigo y presentaron un frente unido para detener la furia del archidemonio.

 

Y consiguieron detenerla. Todavía hoy se cantan baladas acerca de la primera carga de los guardas grises contra las oleadas de engendros tenebrosos en la ciudad de Nordbotten: cada guarda gris enfrentaba a 10 o 20 engendros tenebrosos. Escuadrones de guardas grises montados en poderosos grifos surcaban los cielos ennegrecidos atacando con lanzas y hechizos al terrible archidemonio. ¡Vaya espectáculo debió de ser!.

 

Por muy increíble que parezca, los guardas grises ganaron aquella primera batalla. Alzaron sus armas victoriosos y, de repente, nació la esperanza Los guardas grises condujeron a los hombres y a los últimos y férreos defensores de los salones enanos contra las hordas del archidemonio Dumat durante los siguientes cien años, perdiendo y recuperando terreno, pero sin rendirse en ningún momento. En Thedas reclutaron a todo aquel que poseyera suficiente habilidad y fuerza para portar el estandarte de los guardas grises, sin distinguir entre esclavos elfos o nobles humanos, y, por fin, casi dos siglos después de que el viejo dios se alzara de la tierra, los guardas grises reunieron a los ejércitos de hombres y enanos para presentar batalla en los campos Silenciosos. Fue entonces cuando, finalmente, cayó Dumat y la primera Runa llegó a su fin.

 

Con la llegada de la profetisa Andraste, el imperio Tevinter habría de enfrentarse a un nuevo desafío. Los recuerdos de la Ruina eran cada vez más lejanos. Tras la derrota de Dumat, los engendros tenebrosos ya no se consideraron una amenaza, pero, con la perspectiva de la historia sabemos ahora lo equivocados que estaban: la tarea de los guardas grises estaba muy lejos de haber finalizado.

 

--De Relatos de la destrucción de Thedas, por el hermano Genitivi, erudito de la Capilla

 

Localización:

En el Castillo de Suledin (Emprise du Lion), por ejemplo durante la misión secundaria Llámame Imshael.