Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Lugares

El templo, redescubierto

 

 

El templo, redescubierto

 

Según la leyenda, Havard, un discípulo de Nuestra Señora, sacó las Cenizas Sagradas de Andraste del Imperio. Unos soldados tevinterianos hirieron a Havard cuando intentó frustrar la captura de Andraste, y llegó tarde a Minrathous para impedir la ejecución. Solo encontró sus cenizas, que habían dejado tiradas. En cuanto Havard las tocó, Andraste se le apareció en una visión.

 

Levanta”, dijo, “Escudo de la Fe, que el Hacedor nunca te olvide mientras yo te recuerde”.

 

Escudo de la Fe, tal como lo bautizó la propia profetisa, obedeció su orden y contemplo cómo sus heridas sanaban y su ánimo se renovaba. Reunió las cenizas de Andraste y regresó a las tierras de las tribus Alamarri, que hoy son Ferelden. Se dice que la canción de Andraste lo condujo a un lugar sagrado, en el que Hvard y sus seguidores construyeron un templo para acoger sus restos.

 

Y aquí termina la leyenda. Durante siglos, los hombres buscaron el Templo de las Cenizas Sagradas, pero solo hallaron rumores e historias disparatadas. Los eruditos de la Capilla llegaron a la conclusión de que el templo no existía, de que las Cenizas Sagradas no existían. Todo era un mito, una alegoría destinada a inspirar y alimentar el fuego de la fe.

 

Y entonces llegó la leyenda de Ferelden buscando la cura para un Arl moribundo en los poderes milagrosos de las Cenizas. La leyenda, con la ayuda del famoso erudito Ferdinand Genitivi, rastreó las huellas de los antiguos y encontró unas ruinas olvidadas, arriba, en las montañas de la Espalda Helada. Allí esperaba la Urna de las Cenizas Sagradas, tal como narraba la leyenda.

 

Tras el triunfo de los justos sobre La quinta Ruina, se compartió el descubrimiento del templo con todo el mundo. Sin embargo y para nuestra sorpresa, cuando nuestros soldados llegaron al templo, la urna había desaparecido. A día de hoy, no sabemos quién se la llevó ni por qué. Lo único que sabemos con certeza es que fue la voluntad del Hacedor.

 

La leyenda de Ferelden no reveló a nadie este descubrimiento, y el Hermano Genitivi, cuya investigación lo hizo posible, había desaparecido sin dejar rastro. Sin embargo, la verdad siempre es escurridiza, y circulaban rumores acerca de la milagrosa recuperación del Arl Eamon Guerrin. Unos agentes de la Capilla investigaron las afirmaciones acerca de la Urna de las Cenizas Sagradas, que les acabaron llevando hasta el templo. Tal como le había sucedido a la leyenda. Para cuando nuestros soldados llegaron allí, la urna no estaba en ningún lado.

 

Aunque las cenizas habían desaparecido, el templo seguía en pie y se había convertido en una fuente de esperanza para los fieles. Si la gran catedral es el corazón de nuestra Capilla, el Templo de las Cenizas Sagradas es su alma. Aquí honramos el pasado de la Capilla mientras nos adentramos valientemente en su futuro.

 

---De una conferencia de la Madre Clothilde, erudita de la Capilla, en la Universidad de Orlais, en el 9:38 del Dragón

 

Localización:

Al entrar en el templo en ruinas durante el prólogo.