Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Cartas y notas

Los miedos de los soñadores

 

 

Los miedos de los soñadores

 

“La peregrina”

 

Vine al templo de las Cenizas Sagradas con los fieles, dispuesta a ayudar en el Cónclave. Recé al Hacedor por la paz, pero las montañas se estremecieron, cayeron y me sepultaron Sola en la oscuridad, con las piernas aplastadas, grité asustada de un mundo sin Hacedor, entrando y saliendo de sueños de monstruos en la negrura.

 

Ilumina mis horas finales. Déjame llegar ante el Hacedor sin que los terrores de las tinieblas me confundan.

 

“El terrateniente”

 

Vi cómo la Ruina se llevaba mi tierra. No tenía lugar al que ir. Cuidé de los campos mientras tuve, mientras mi rebaño moría y mi familia enfermaba. Con el cuerpo devastado por dolores y escalofríos, descubrí demasiado tarde el veneno que se había colado en la tierra. En mi sueños febriles, la enfermedad cubría el mundo entero, y yo lloraba de miedo por la familia que maté por mi estúpido orgullo.

 

Enséñame que este mundo sobrevive. Enséñame que el veneno no se lo lleva todo.

 

“El guarda gris”

 

Entré en los guardas para servir en la gloria. Ninguna espada pudo tocarme, ninguna garra romper mi armadura. Aun así, por la iniciación era mi destino morir. Solo en los Caminos de las Profundidades, con la Llamada en mi cabeza, me senté ante la última hoguera que vería, permitiéndome una última noche de terror y maldiciendo el destino que me había traído aquí.

 

Que mi elección sea haber servido y muerto. Que sea la nobleza y no la aciaga mano del destino. Destruye mi sino y que esta sea mi decisión.

 

“La erudita”

 

Cuando los engendros tenebrosos eran algo nuevo, cuando los maeses los acababan de traer a nuestro mundo con su pecado, estuve entre los primeros que se llamaron “Guardas grises” y en jurar acabar con la Ruina que amenazaba nuestro mundo. Habíamos visto morir al archidemonio por golpes mortales solo para volver a levantarse encarnado en el cuerpo de uno de sus servidores. No podía morir. Busqué en vano alguna manera de matar a la bestia y salvar mi mundo, sin solución alguna, sabiendo que la Ruina que los maeses habían traído lo destruiría todo porque yo no podría salvarlo.

 

Enséñame qué debe hacerse para matar al archidemonio. Enséñame qué necesito para salvar el mundo.

 

“El niño”

 

Han quemado Refugio. Mamá llora cuando no miro. En las montañas hace frío y me duelen los pies, pero mamá me dice que me calle, que a otros les va peor. Dice que un monstruo llamado Corifeus vino a Refugio y que solo fue gracias al Hacedor que conseguimos escapar. Que fue una suerte, pero a mí no me lo parece. Los monstruos vienen cada noche, y yo no quiero que mamá vuelva a llorar.

 

Echo de menos a ser Gruñido. Ser Gruñido siempre mantiene lejos de mis sueños a los monstruos.

 

Localización:

Durante la misión principal Aquí yace el abismo.