Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Cartas y notas

¿Un engendro tenebroso distinto?

 

 

¿Un engendro tenebroso distinto?

 

El diario, escrito por un autor desconocido, parece ser bastante viejo y muchas de sus páginas se han visto dañadas por la acción del agua y el polvo. Todas las entradas que se pueden leer parecen tener unos veinte años.

 

Al fin hemos encontrado a Amuk con vida en ese pasadizo. Aún no me lo puedo creer. El único motivo por el que no he dejado de cavar es porque él tenía la llave del escondite, pero, después de dos semanas, solo esperaba encontrar su cadáver. ¿Con qué historia me saldrá ahora? Que se encontró con un engendro tenebroso, nada menos. Un engendro tenebroso que hablaba, educado como ninguno, que le dio de comer y de beber y con el que evidentemente habló acerca de los exteriores. No sé qué le rondará por la cabeza a Amuk para dar con una historia como esta, pero me ha jurado por la Roca que todo era verdad. Por muy loco que parezca, conozco a Amuk, y tiene la misma imaginación que un melón. ¿Para qué se iba a inventar algo así?.

 

Me recuerda a una historia que me solía contar mi abuelo, acerca de algo que hizo su abuelo. Se ve que una vez se topó con un grupo de tres engendros tenebrosos en los Caminos de las Profundidades, cada uno el doble de grande que un enano –más grande que los humanos, incluso-- y ataviados como reyes. Los observó desde las sombras y los oyó hablar, como las personas, de cosas que no fue capaz de comprender. De una ciudad que había ennegrecido, y se echaban la culpa unos a otros de cosas, pero no recordaba de qué. Mi madre era así: nunca recordaba la ofensa, solo que se había enfadado. La historia termina con que se pelearon entre ellos y uno huyó mientras el segundo asfixiaba al tercero hasta matarlo y lo devoraba.

 

No sé si los engendros tenebrosos tienen reyes que hablan, y menos si son tan educados como para ofrecerte té y pastas, pero quizás Amuk se encontró con uno de ellos. Al fin y al cabo, hay seres extraños en los Caminos de las Profundidades, seres que ni los moldeadores alcanzan a recordar. Como si el contrabando no fuera ya bastante peligroso de por sí.

 

Localización:

En Valammar durante la misión secundaria Vaya faena.