Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Cuentos e historias

Duro en Altaciudad: capítulo cuatro

 

 

Duro en Altaciudad: capítulo cuatro

 

De Varric Tethras

 

Donnen Brennokovic no se entretuvo con ceremonias. Entró en el cuartel a zancadas y pegó un portazo en la oficina de la capitana sin saludar a los guardias con los que se cruzó.

 

Apenas había amanecido, y la capitana Hendallen ya estaba enterrada bajo un montón de papeles más alto que las Vimmark. Lo único que Donnen podía ver de la capitana era su cabello pelirrojo y una mirada iracunda que había detenido a más de un ratero en plena faena.

 

“Capitana, necesito una orden de arresto para el conde de Favre”. Nada más salir de su boca, Donnen supo que aquellas palabras eran un error.

 

La capitana se puso de pie. “Brennokovic”. Al hablar causaba la misma impresión que un rastrillo al cerrarse. “¿Dónde está mi informe sobre el cadáver del mercado de Altaciudad?” Era el tipo de pregunta que se hace a un niño que hace novillos, una pregunta cuya respuesta ya sabes y que solo lanzas para ver cómo el destinatario sufre con la culpabilidad.

 

“Lo redactaré luego...”.

 

“Lo redactarás ahora, guardia”. Se apartó de su escritorio. “En mi cuartel seguimos unos trámites”.

 

“Se ha asesinado a un magistrado durante mi guardia, capitana”. La voz de Donnen estaba acalorada, nunca conseguía mantener la calma en su presencia. “No pienso dejar que se escape el asesino”.

 

“Abandonaste la escena sin un registro minucioso del mercado”. Hendallen comenzó a caminar, con su voz acerada. “Acosaste a la viuda de un magistrado...Y prácticamente rompiste la puerta de un conde”. Se giró para mirarle a la cara. “¡Todo eso antes del amanecer! Si quieres una orden de arresto, más vale que tengas unas pruebas de primera que la justifiquen”.

 

“¡Sé que De Favre no nos está contando todo!”, insistió Donnen. “Dejadme que lo traiga y...”

 

“Olvídalo”. Volvió a su silla. “No tienes nada. No vas a arrestar a un hombre por un presentimiento, Brennokovic.”

 

“¡Capitana!”, protestó. Desde detrás de sus papeles, la capitana le hizo un gesto para que se callara.

 

“Te quedan dos semanas para jubilarte, guardia. Si quieres aguantar lo suficiente para recibir una pensión, sigue los trámites. Encuéntrame las pruebas y deja de hacerme perder el tiempo. Puedes irte”.

 

Localización:

En el nivel superior de Caer Bronach en Bosque Cimera.