Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Cuentos e historias

La muerte de Elandrin

 

 

La muerte de Elandrin

 

Elandris, hermano.

 

Que Falon'Din te guíe. Que el Hacedor te guíe.

 

Que se sepa la verdad, en caso de que algunos te recuerden como a un traidor o que nuestra pena parezca pasajera.

 

Aunque juraste servir a nuestro pueblo, hay quien cuestionó tu corazón.

 

A menudo combatimos a los humanos en nuestras fronteras hasta que el principio se perdió en la memoria. Surgieron rumores que hablaban de un secuestro. Como siempre, la Capilla no tardó en propagar las mentiras. Con ira y premura, mataron a la hermana de Siona por acercarse demasiado a la senda de los cazadores. Tú nos trajiste su cadáver y la lloraste junto a nosotros, aunque tu corazón estaba ausente. Siona suplicó venganza y tú nos diste la espalda.

 

Ibas desapareciendo sin decir palabra ni dar explicación alguna. Cuando comenzaron a surgir los rumores de tu compromiso con su Hacedor, temíamos lo que llegaría.

 

Siona quiso salvarte y traerte de nuevo con nosotros. Había perdido a una hermana, ¿tenía también que perder a un hermano? Tras los árboles te vio con una mujer, por la que nos abandonaste. La mujer señaló hacia la aldea y ambos mirasteis las murallas de la Capilla.

 

Siona regresó. Nos dijo que los humanos te estaban poniendo en nuestra contra y que te habían embaucado con sus mentiras. Como fiel siervo del Hacedor, traicionarías nuestros secretos .Cuando te preguntamos si todo eso era cierto, ya habías desaparecido.

 

Intentamos detenerte. Sin perder un instante, Siona llevó a su gente a la aldea. Allí te retaríamos. Alí te traeríamos de nuevo con nosotros... O haríamos justicia. Bajo la tenue luz de una noche sin luna, ella vio a Siona a través de los árboles. Corrió hacia Siona gritando y llevando algo en la mano. La flecha que Siona voló. La mujer cayó mientras pronunciaba “Elandrin” y soltaba unas margaritas.

 

Los hombres de la aldea sospechaban de la huida de la chica y escucharon el grito. Atacaron a los elfos pero no les podían hacer frente.

 

La premura de Siona superó a la tuya. Te arrodillaste bajo los árboles y los pétalos, empapados de sangre, se pegaron a tu ropa al abrazarla por última vez. Cuando llegaron más humanos, no te alteraste y ellos no quisieron escuchar. Sus flechas te atravesaron el corazón y caíste junto a ella. Encontramos tu cadáver en el río allá donde te tiraron. A ella se la llevó su gente. No fue el final, pero tu parte pertenece al pasado.

 

Ahora puedes descansar como nuestro honrado hermano una vez más. Con una corona de margaritas sobre la frente y la carta que ella llevaba en tu mano. Sea quien sea tu guía, sea quien sea el suyo, que vuestras almas se vuelvan a encontrar en el más allá.

 

Retos de sangre salpican la carta:

 

Adalene:

 

¿Qué me importan unos dioses que nunca he visto o un Hacedor que no conozco? Que se preocupen otros de tan nobles asuntos. Solo conozco esta vida, solo he visto este mundo y solo me importas tú.

 

Quizá tus sacerdotisas no confíen en la sinceridad de los “incivilizados” elfos. Si tiene que oírme decir que seguiré al Hacedor, que así sea. Vuestro dios interviene tanto como el nuestro. Mi vida no va a cambiar.

 

Volveré dentro de dos semanas. Hasta entonces, mi corazón te extrañará y después estará a tu lado para siempre.

 

Elandrin

 

Localización:

En Din'an Hanin (Tumbas Esmeralda).