Guía Dragon Age: Inquisition
Códice - Cuentos e historias
Paragones conocidos y otros menos conocidos
Los criterios que usan los enanos para dar nombre a un paragón nunca dejan de fascinarme. Aunque es una distinción relativamente rara, parece que casi cualquier logro de importancia puede merecer el título. Algunos paragones son vencedores de grandes batallas. Otros escriben libros o canciones. El único elemento común es un acto que mejora o apoya el modo de vida enano de alguna forma notable.
Aeducan se encuentra entre los paragones más antiguos y tal vez más famosos. No han de confundirse con su descendiente, el rey Endrin Aeducan. Este Aeducan anterior fue un humilde miembro de la casta guerrera cuyo valiente liderazgo durante la primera Ruina salvó a Orzammar. Cuando se perdieron otros thaigs, aeducan proclamó su derrota, pero su servicio lo convirtió en un héroe. La historia recuerda ahora a Aeducan como el paragón por excelencia.
Otros paragones han sido más controvertidos. Caridin, un maestro herrero, creó los poderosos gólems que ayudaron a los enanos inconmesurablemente en sus batallas con los engendros tenebrosos. Caridin desapareció después en medio de muchas especulaciones, llevándose consigo el secreto de su arte.
Está también Astyth la Gris, una paragón de la casta guerrera. Fue famosa por sus habilidades en el combate sin armas y se cortó su propia lengua para concentrarse en el arte sin distracciones. Todavía existe una orden de guerreras enanas conocida como las hermanas del silencio, que se arrancan la lengua en su honor.
Pero estos son los más conocidos de los paragones enanos. Otros se han ganado el rango a lo largo de las eras por ocupaciones mucho menos nobles. He hallado referencias a paragones que se ganaron el nombre por escribir rimas especialmente buenas o por elaborar cervezas más fuertes.
Luego está el paragón llamado Varen, que se separó de su legión y se perdió en los Caminos de las Profundidades. Estaba a punto de morir de hambre cuando, derrumbado, se comió un nug, que por esa época los enanos consideraban tan apetitoso como una rata. Devorar la criatura no solo le salvo la vida, sino que le abrió el paladar a un nuevo mundo de sabor. Cuando al fin lo encontraron, Varen estaba más gordo que nunca y deliraba sobre las milagrosas sutilezas de la carne de nug. Estas criaturas son consideradas ahora un manjar entre los enanos.
--De Salones de piedras de los enanos, del hermano Genitivi, erudito de la Capilla
En las cuevas inundadas de Bosque Cimera.