Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Cuentos e historias

Caminando por el Velo: una Angustia

 

 

Caminando por el Velo: una Angustia

 

Me encontré en una meseta de remolinos de humo y niebla. No me podía ver los pies, o quizá fuera que en ese lugar no tenía pies. Cada paso era traicionero. Tenía que creer que había suelo. Si no, no lo habría y me caería a la nada. Solo me protegían mi voluntad y mi magia.

 

El demonio al que me obligaban a enfrentarme adoptó la forma de un gran felino. Mientras combatíamos, me hablaba en mi cabeza. Me dijo que acabaría tropezando y que, entonces, caería sobre mí. El demonio me habló de los templarios que había más allá del Velo, erguidos sobre mi cuerpo paralizado, apuntando con su espada a mi corazón, esperando a que fallara. Solo necesitaba una astilla de miedo, una semilla de duda y yo sería historia. El demonio devoraría mi alma y los templarios destruirían lo que quedara de mí.

 

Esta fue mi Angustia. Nos la impusieron a todos los magos diciendo que era algo bueno. Pero no es algo ni bueno ni justo. Es malo y es injusto.

 

--De un diario parcialmente destruido, sin nombre, encontrado en una cisterna de Kinloch Hold

 

Localización:

En el Velo durante la misión principal Aquí yace el abismo. Tras encontrarte con Justinia por segunda vez, gira a la derecha en la intersección y ve pegado a la pared de la izquierda.