Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Historia

No va de héroes: división y distancia

 

 

No va de héroes: división y distancia

 

Para una criatura supuestamente rebosante de celos y avaricia, Maferath no lo fue tanto. Pues aunque su palabra propició la desgracia de la prometida del Hacedor, su recompensa fue rápidamente dividida y distanciada. A este respecto, analicemos al menor de los hijos.

 

De Evrion sabemos poco. Al mediano le encomendaron la tarea de gobernar las tierras que habrían de convertirse en las Marcas. Nada reclamó el padre, nada de “en mi nombre”, a modo de humildad. Y esa libertad queda patente en el resultado, pues el propio Evrion era a quien menos le preocupaba el poder. De entre todos, fue él quien lideró con el ejemplo, no con la exigencia, y habló solo de sacrificio. Cuando se reveló la traición, Eviron actuó como un hombre destrozado, dispersando sus propiedades entre las diversas tribus. Fue una penitencia que supuso el perdón de su familia, pero también la dispersión de la influencia. A día de hoy, las Marcas Libres están desperdigadas.

 

De Verald se sabe más, pues sus acciones lo colocan en el nacimiento de nuestra nación. Pero su locura comienza en Nevarra, donde debemos preguntarnos: ¿Fue aquella la voluntad de su traidor padre o un error de juventud?.

 

Maferath concedió el gobierno al más joven, Verald, y no llegó a reclamar Nevarra. Nunca se sentó en el trono, y se sabe que sus visitas fueron muy poco frecuentes. Pero su nombre es el más odiado de todos, pues fue trocado por legado por el hijo. A diferencia de Evrion, Verald no hablaba de ejemplo, sino de pretensiones. Su nombre nunca se pronunció sin el de su madre y su padre. Sus pretensiones eran audaces; hizo suyas las acciones de aquellos y compartía sus ideas. Pero de su padre en el trono de Ferelden no se registró ninguna palabra. Y nosotros nos preguntamos: ¿Fue intencionado?

 

Pues cuando se reveló la traición, todos los vínculos con Maferath se vilipendiaron. Y tan fuertes eran los vínculos que Verald había establecido, que asesinaron hasta a la última persona de su corte, y él tuvo que huir. Si hubiera guardado silencio, como parece que era la voluntad del sabio padre, y se hubiera ceñido a la dirección en la que el padre había encaminado al mayor, Isorath, Verald podría haber permanecido en el poder.

 

Pero eso hubiera exigido que el traidor no fuera como s ele pinta. Y eso habría mantenido a Verald en Nevarra. Y habría mantenido a Verald fuera de Orlais. Y habría evitado la ulterior traición que dio pie al verdadero nacimiento de Orlais.

 

--Extracto de Una historia que no va de héroes: interpretaciones sobre la mala idea del cambio, recopilado por Philliam, ¡un bardo!

 

Localización:

Un libro en la parte superior de Val Royeaux.