Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Magia

En relación a la Llamada

Muchos se niegan a hablar de ello, pero, ¿cómo podemos saberlo, cómo podemos identificarlo, sino lo compartimos? La Llamada no es motivo de vergüenza. Esa canción que me susurra en la nuca no es un mal que haya en mi alma, sino la señal de una vida bien llevada al servicio de un bien mayor. Si todas las cosas vienen del Hacedor, ¿no es entonces esto parte de su plan? ¿No podría ser un regalo, una melodía encantada final para llevarnos al más allá con corazones abiertos? ¿No podría ser Su canción?.

Araña mis pensamientos; la música es casi una voz, sobrenatural y hermosa a la vez. Me descubrí tarareándola en voz alta hace unos días. Una vez me ha invadido, parece una parte natural del devenir de mi mente. Se enrolla en torno a recuerdos que me son muy queridos –los entrenamientos con ser Keller, cabalgar la luz de la luna, la cara de mi madre la última vez que la vi-- y se inserta en ellos, para que casi pueda jurar esa música, que esa presencia percibida mirando y llamando, siempre ha sido una parte de lo que recuerdo.

Esto es de lo que nos advirtieron los guardas veteranos, imagino. No debo encontrarla hermosa. Debo reconocer la corrupción y admitir que mi mente está perdiendo lentamente la capacidad para diferenciar lo que es de este mundo y lo que lo consumiría y lo destruiría. Debo hacerlo, puedo hacerlo.

Se lo diré a los guardas mañana. He visto sus miradas. Sospecho que ya lo saben. Atenderé la Llamada e iré a los Caminos de las Profundidades a morir con los enanos, luchando como debe hacer un guarda gris.

Pero si debo morir, después de todo lo que he dado, ¿no puedo permitirme al menos el placer de la belleza de esta canción?.

--Últimas páginas de A mis camaradas los guardas, de ser Marjorie Berran