Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Cuentos e historias

Duro en Altaciudad: capítulo uno

De Varric Tethras

Dicen que el dinero nunca duerme, pero cualquiera que haya patrullado el mercado de Altaciudad a medianoche podría disentir. Los ladrones y los estafadores se dirigen a las tabernas al anochecer, los comerciantes enanos y los nobles regresan a sus diminutos palacios para angustiarse por los timos de los que han sido objeto, y el mercado se sume en el silencio.

Donnen Brennokovic conocía todos los rincones del mercado con los ojos cerrados. Veinte años de patrullas le habían marcado, de forma que podía recorrerlo incluso en sueños. Jevlan, el recluta, era otra historia. El tintineo producido por la piedra al golpear acero le indicó a Donnen que el muchacho se había vuelto a tropezar con una columna. Su nueva armadura estaría llena de golpes antes del amanecer.

“Con antorchas sería más fácil”. El sonido de Jevlan arrastrándose por el pavimento era similar al del carro de un chatarrero.

“Con las antorcha no podrás ver lo que pasa en la noche. Te acostumbrarás”. Donnen cruzó la plaza para ayudarlo a incorporarse. Una brisa sacudió la explanada, haciendo ondear los pendones y las banderas y transportando un aroma familiar. Donnen se detuvo de inmediato. “Algo no encaja”. Su voz era baja, como de alarma. Elevó la mirada en la oscuridad. Hacia la entreplanta que tenían sobre ellos. “Sígueme. Y prepárate para lo que pueda pasar”.

Los dos guardia subieron por las escaleras oscuras y allí, en un nido de negrura, encontraron el cadáver. Los dorados de la seda brillaban a través de la sangre.

“Avisa a la capitana”, suspiró Donnen. “Han matado a un magistrado”.