Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Cuentos e historias

Plantas contra cadáveres

De todos los extraños conflictos que han asolado Ferelden, uno de los más peculiares fue la batalla de la cima de Pauper. Un demonio poderoso, decidido a medrar en el mundo de los mortales, levantó un ejército de cadáveres para asaltar la casa de Helianthus, una apóstata solitaria de la que se decía que tenía riquezas fabulosas y grandes conocimientos. Aunque el demonio vio en la enjoyada ratona de biblioteca una huésped ideal, Helianthus no estaba indefensa.

Cuando los cadáveres se dirigieron a su casa, Helianthus hizo llamar al demonio y le dijo que, pese a que ella no era más que una simple apóstata, el demonio vería su poder en todo un ejército de infantería. Y entonces, echando mano de sus magias, invocó a espíritus y los introdujo en las plantas del huerto, creando así incontables silvanos diminutos.

La guerra de Jardín resultante vio a cadáveres pertrechados con puertas y cubos a modo de escudos y cascos combatiendo contra frutas y verduras poseídas que escupían semillas, construían fortificaciones improvisadas y hasta engullían cuerpos enteros.

Al final, la zona que rodeaba la casa de Helianthus se convirtió en un jardín y un cementerio a la vez, donde descansaron los cadáveres que iba destruyendo mientras defendía su casa, y el mundo a la vez, del demonio. Si este la hubiera derrotado y usado su gran cerebro para sus propósitos, seguramente habríamos tenido a estos cadáveres tan terribles asolando desde las grandes pirámides de Par Vollen hasta las aguas infestadas de piratas de Llomerryn, o incluso las tierras desconocidas de poniente...

¿Este es mi almuerzo? Creía que hoy comería panceta. Me dijeron que habría panceta. No, no pienso quitarme el original de la cabeza. ¿Que por qué? Por que estoy locoooo...

--Una historia sin contrastar y muy discutible de Daveth el Loco, que supuestamente explicó en la finca que tenía en las Colinas de las Nueces, donde pasó sus últimos años.