Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Criaturas

Matón

 

 

Matón

 

Un guerrero que esgrime una gran espada infunde el terror en los soldados corrientes, pero para un gentilhombre no se trata de un peligro mayor que cualquier otro rival. Un guerero hábil es derribado por un mazo o un hacha de batalla en uno de tres casos: en el primero, se le pilla desprevenido en el fragor de la batalla; en el segundo, no logra esquivar el golpe por la naturaleza del campo de batalla o por sus heridas; y en el tercero y más común de los casos, es derribado porque reacciona incorrectamente.

 

No nos entrenamos lo suficiente contra las armas a dos manos porque las despeñamos. Creo que es un error y espero que, en los próximos tiempos, se corrija. He visto a demasiados guerreros hábiles morir porque ven llegar un gran mazo y levantan el escudo para parar en lugar de para desviar. He visto a hombres perder por miedo o ira y enfrentarse a tal guerrero directamente, creyendo que pueden arriesgarse a un impacto en el cuerpo como harían frente a una espada ligera o una daga. En el fragor de la batalla, incluso la mente entrenada creerá cosas semejantes. Los que no logran controlar dichos pensamientos mueren.

 

Debes observar el arma, pero solo para evaluar su longitud. De lo contrario, como en todos los combates, la cadera y los hombros del rival revelarán sus intenciones. Las armas grandes solo son peligrosas cuando se mueven o se sitúan por encima de la cabeza para golpear hacia abajo. Debes retroceder, pero solo contra la verdadera amenaza. Si avanza, pero no está realmente preparado para atacar, debes precipitarte, rajarlo y retirarte a tu posición de guardia antes de que prepare su golpe. Puede que hagan falta diez tajos para matarlo. Aun después del noveno, puede decapitarte si no respetas la distancia que es capaz de cubrir.

 

Si eres tú quien usa un arma como esa, observa tu distancia y no reacciones ante tu rival cuando se encuentre fuera de tu alcance. No puedes recuperar tu guardia tan rápido como con espada y escudo. Mantén el arma en movimiento y mide tus golpes. Un paso titubeante en tu ataque puede engañar a muchos rivales para que piensen que estás fuera de alcance y así penetrar su defensa. De esta manera, puedes matar a la mayoría de los que se enfrenten a ti. Quizá te sientas más un carnicero que un héroe al luchar de este modo, pero los vivos pueden consolarse y los muertos no.

 

-Un extracto de Una meditación sobre el uso de la espada, del maestro de esgrima Massache de Jean-Mien, lectura obligatoria en la Academia de Gentilhombres.

 

Localización:

Lo consigues al encontrarte con o matar a esta criatura. Al igual que el resto de códices de enemigos, lo encontrarás sin problemas a medida que avanzas por la historia principal del juego, haces misiones secundarias, recorres zonas, etc...