Guía Dragon Age: Inquisition

Códice - Criaturas

Oso

Nos adentramos en los bosques cercanos a Val Foret en busca de una osa parda que tenía preocupados a los lugareños. La encontramos a unos kilómetros de la puerta oeste. Tenía su cubil en una cueva de la falda de una colina, cerca de un arroyo. Nos detuvimos a unos metros y observamos. Eldwin lanzó un hechizo para hacer menos probable que nos descubriera. Qué magia tan, tan útil.

Pasadas varias horas, la osa salió del cubil. Tenía un pelaje hermoso y lustroso, pardo rojizo. Era una bestia fenomenal. La seguían de cerca tres oseznos. Eran unas bolas de pelo pardo con ojos. Qué criaturitas tan, tan asombrosas.

Yo habría preferido ver a la familia jugar en el arroyo todo el día, pero el viento cambió y la madre osa nos olió, aun con Eldwin obrando su magia. Saltó hacia donde nos encontrábamos, se paró cuando no alcanzó a ver nada, se alzó sobre los cuartos traseros y rugió. ¡Menudo espectáculo! Calculo que me sacaría medio cuerpo de altura. Rápida como un demonio, se lanzó a la carga contra nosotros rompiendo ramas a su paso. Yo me aparté, pero Eldwin, bendito sea, fue demasiado lento. Una carga enorme le alcanzó justo en el pecho, y cayó. Pobre Eldwin. la naturaleza es implacable, pero magnífica.

-De Las tierras salvajes de Thedas: volumen dos, de Stephan D'Eroin.