Guía The Witcher 3: Wild Hunt

Ya estoy harto. Mi padre y mi hermano me menosprecian. No dejan de reírse de mí, siempre se están riendo. Dicen que mi rostro es bello como el de una doncella y que solo se me da bien acostarme con muchachas y no luchar contra hombres. Y que un día alguno de los maridos cornudos me va a romper el cuello... Cierto es que nunca me ha costado asegurarme los favores de las damas, pero no es algo que yo haya pedido...

Marie no quería que me fuera de la cama y nos quedamos hasta que su marido, Noorhis Flancoférreo, y sus amigos volvieron con el botín. Me metí en un armario y me puse a escuchar, aunque estaba incomodísimo. Dijeron que habían hundido un barco con un gran tesoro en las rocas entre Faroe y Ard Skellig, y que por la mañana pretendían ir a sacarlo. En cuanto se quedaron dormidos por el alcohol, salí a hurtadillas del armario y le dije a Marie que debíamos cortarles el cuello a todos, hacernos con el tesoro y marcharnos de estas islas horribles para ir a algún lugar mejor... Kovir, ¡o incluso Novigrado!

No me costó convencer a Marie, porque su marido era un hijo de perra y le pegaba mucho, así que Noorhis y sus compañeros son pasto de los peces y yo voy en pos de mi fortuna.

¿Qué más da si no soy muy hábil al timón y amenaza tormenta? ¡Habré acabado antes de que estalle!