Guía The Witcher 3: Wild Hunt

Personajes

Geralt de Rivia

 

 

Geralt de Rivia

 

Muchos no pueden comprender la amistad que Geralt de Rivia ha tenido conmigo durante más de un cuarto de siglo. Cuando empezamos a compartir el pan, las lenguas insidiosas dijeron que lo más seguro era que me acabara robando, acuchillando y tirando mi cuerpo en algún árbol hueco. O de lo contrario, que yo acabaría provocando a alguien para que nos hiciera lo mismo a los dos. Estos individuos hablaban por puros celos, ya que Geralt fue mi amigo más fiel, algo de lo que dio pruebas suficientes en numerosas ocasiones.

 

Podría contar muchas cosas sobre ese famoso cazador de monstruos, el hombre conocido en Idioma Antiguo como Gwynbleidd o en nuestra lengua, más joven pero no por ello menos noble, “el Lobo Blanco”. Geralt de Rivia es un personaje realmente excepcional. Un breve encuentro con él podría tentarnos a tacharlo de ser un mero espadachín, un simple cazador de monstruos, un tosco practicante de un sucio oficio, pero si lo miráis más de cerca pronto descubriréis que es un hombre de profundidades insondables, de puntos de vista únicos y con una gran experiencia que abarca todo el mundo. En la superficie, es introvertido, reservado y hasta podría decirse que gruñón, pero por debajo hay un mar desbordante de bondad, un buen sentido del humor y una gran presteza en ayudar a sus amigos, ya sea con un buen consejo o blandiendo la espada magistralmente. Es un hombre de apariencia y modales bruscos y a veces desastrados, pero que sin embargo disfruta de una gran estima por parte del bello sexo. Es, por resumirlo, una contradicción andante.

 

Dejando de lado la falsa modestia, que tan incómoda me resulta, puedo decir que conozco su historia mejor que cualquier persona viva. He pasado con él por tiempos buenos y por tiempos difíciles, ayudándolo con un sabio consejo, palabras cálidas y un ingenio incisivo. Como resultado de ello, soy una parte vital de su historia, tanto en los episodios anteriores como en los presentes. Es por ello mi deber proseguir con mi crónica, y en beneficio de las generaciones futuras, poner por escrito el siguiente capítulo de sus gestas y hazañas.