Guía The Witcher 3: Wild Hunt

Personajes

Jaskier

 

 

Jaskier

 

Apuesto, querido lector, que eres cosmopolita y que resulta innecesario que te presente a mi humilde persona y el papel que iba a desempeñar en el siguiente relato. Aun así, lo haré para que no falten detalles y por si procedes de algún confín del mundo donde aún no he alcanzado cierta notoriedad.

 

Nacido en el 1229, poeta y trovador de talento, graduado de la Academia de Oxenfurt, artista habitual en las cortes reales, apreciado amante sin par, y en ocasiones adorado por las damas de todo el mundo, hábil en las negociaciones y conmovedor en los discursos, esta es la imagen de Jaskier que suele aparecer en los relatos de quienes lo conocen.

 

Esta imagen es, por supuesto, excesivamente colorista, y yo prefiero considerarme un humilde artista y servidor de la musa, alguien que debe su amplia obra al hecho de que siempre he sido, soy seré íntimo amigo e incondicional compañero del brujo Geralt, a cuyo destino, como fiel cronista, dedico el presente escrito.

 

Al enterarse de que yo había desaparecido, Geralt lo dejó todo para averiguar qué había sido de mí. Aunque al principio sospechó que la causa de mis desvelos tenía que ver con mis muchos y turbulentos asuntos amorosos, posteriormente averiguó que había extraviado mis pasos hacia el crimen y que pretendía robar el tesoro de uno de los jefes de los bajos fondos de Novigrado.

 

Los motivos de mis acciones se supieron más adelante. Demostré que, si se trata de ayudar a Cirilla, no dudo en meter la cabeza en las fauces de un león ni en traicionar a un canalla como Cyprian Wiley, conocido (¡justificadamente!) como Bastardo Hijo.

 

Solo un loco se arma de valor para luchar cuando todo está en su contra. Aunque se me conoce por mi encanto caprichoso e impredecible, aún no me consideran loco, y por lo tanto, aunque defendí hasta el final la huida de mi compañera, al final permití que la guardia del templo me llevara ala cárcel donde aguardé mi inminente ejecución.

 

El dicho no miente: “cuando la suerte te da la espalda, aparecen los amigos de verdad”. Mis queridos compañeros lo demostraron de sobra al liberarme del transporte carcelario y salvarme de una muerte segura y dolorosa.